Morir en Kerbala

Morir en Kerbala

La ciudad chií de Kerbala, en el centro de Irak, ha sido escenario de graves disturbios con el resultado de al menos 14 muertos y 865 heridos después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra los manifestantes, según responsables médicos y servicios de seguridad han relatado a Reuters.

El Departamento de Salud de la ciudad ha bajado la cifra de heridos a 122, siendo agentes de las fuerzas de seguridad 66 de ellas. El jefe de la Policía, mediante un comunicado, ha negado la muerte de manifestante alguno por disparos de las fuerzas de seguridad y ha dicho que el único muerto registrado no estaba relacionado con las protestas.

Asegura que las imágenes de los agentes disparando en las movilizaciones son falsas y que fueron difundidas para “incitar” a los manifestantes. Al sur de Irak, en la ciudad de Nasirya, han muerto tres personas por las graves heridas sufridas tras las cargas policiales contra los que protestaban contra el Gobierno iraquí, según responsables médicos.

En cambio, desde que el 1 de octubre comenzaran las protestas han muerto 250 personas. Una comisión ha investigado la primera ola de movilizaciones y ha llegado a la conclusión de que 149 civiles murieron por el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad y haber empleado munición real.

Dicho informe indica que en más del 70% de los casos hubo disparos a la cabeza o el pecho y ha hecho responsable de ello a los mandos de las fuerzas de seguridad. El 25 de octubre frenó esta primera ola de protestas durante dos semanas.

El lunes, los manifestantes volvieron a tomar las calles en protesta por la corrupción y la mala gestión de Adel Abdul Mahdi, primer ministro de Irak. La crisis económica y la corrupción han movido a miles de personas a manifestarse en contra el Gobierno.

Gases lacrimógenos fueron empleados por las fuerzas de seguridad contra estudiantes de colegio y universitarios que se atrevieron a desafiar las amenazas de Abdul Mahdi y se unieron a los miles de ciudadanos en las protestas en Bagdad.

Las imágenes difundidas revelan que los militares golpeaban a estudiantes de instituto con porras. Los incidentes han sido condenados por el Ministerio de Defensa, que ha señalado que los soldados que actuaron así no representan al Ejército iraquí, pero no dejó claro si serán sancionados los militares.

Moqtada al Sadr, popular clérigo chií que apoya al mayor bloque parlamentario y ayudó a la formación del Gobierno, ha pedido elecciones anticipadas después de que el Ejecutivo haya anunciado la imposición de un toque de queda en Bagdad.

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