Boris Johnson, primer ministro británico, ha logrado superar in extremis, pero con margen, la moción de censura interna que se había presentado contra él.
Por tanto, seguirá al frente del Gobierno de Reino Unido después de que 211 diputados conservadores votaran a su favor y 148 en contra.
Esto es el 58% de los parlamentarios tories en contra de la moción de censura interna. Para forzarla era necesario el 15% de cartas de censura contra Johnson desde la propia bancada conservadora.
Por su lado Keir Starmer, líder del Partido Laborista, ha sido uno de los primeros en reaccionar al resultado de la votación.
“La elección está incluso más clara que antes. Unos ‘tories’ divididos que apoyan a un Boris Johnson sin un plan para afrontar nuestros problemas. O un Partido Laborista unido con un plan para arreglar la crisis de la subida de los precios y restaurar la confianza en la política. El laborismo volverá a poner a Reino Unido en el buen camino”, ha señalado.
Con todo, el futuro de Johnson es una incertidumbre debido al estrecho margen. Para superar la moción debía contar con, al menos, 180 votos en contra de destituirlo.
Ha logrado 211, que parece un buen margen, pero no lo es tanto, puesto que representa el 58% del total de tories en la Cámara de los Comunes.
No hay que olvidar que su antecesora, Theresa May también se sometió a este trámite interno, superándolo con un 63% y al poco cayó. Abandonó el cargo seis meses después de la moción interna.
De hecho, entonces, el propio actual premier británico admitió que ese resultado era “un muy mal resultado, mucho peor de lo que parece”.
Así, Johnson ha conseguido 15 votos conservadores menos que los 226 que obtuvo May, por lo que es un duro varapalo a sus aspiraciones.