Alrededor de 18.000 negacionistas, según los organizadores, se manifestaron en la mañana de ayer en Berlín en protesta por las medidas de prevención del contagio de coronavirus. La mascarilla no es obligatoria en la capital alemana si se está al aire libre, pero sí tenían que respetar la distancia mínima de un metro y medio. La policía optó por disolver la marcha al no respetarse esta medida.
El Ayuntamiento de Berlín había prohibido en principio la celebración de esta manifestación por “razones de salud pública”. Sin embargo, después de que los organizadores recurrieron la decisión, el Tribunal Administrativo de la capital alemana autorizó la marcha. Eso sí, puso una única condición: que se respetara la distancia mínima.
“Desafortunadamente, no hemos tenido otra opción. Nos acercamos al líder de la manifestación y le informamos de que su reunión sería disuelta”, ha publicado la policía berlinesa en Twitter.
En ese escenario y tras una larga negociación, las fuerzas policiales disolvieron la marcha al no cumplirse los requisitos que se habían impuesto. Se produjeron algunas detenciones y enfrentamientos, encrespándose los ánimos.
La manifestación de negacionistas transcurrió por las calles Unter den Linden, Friedrichstrasse, la Puerta de Brandeburgo y el Paseo del 17 de junio, cortadas al tráfico. Allí se congregó un crisol de todo tipo de personas. Desde “pensadores libres”, pasando por activistas antivacunas, adeptos a las teorías conspiracionistas, miembros de extrema derecha, hasta familias con niños sin una ideología política concreta.
Michael Ballweg lidera estas manifestaciones negacionistas
Todos ellos, bajo la aparente idea de defender las libertades. Lo cierto es que detrás de la organización de este movimiento de negacionistas está Michael Ballweg. Se trata de un empresario informático sin adscripción política conocida que lidera la organización Querdenker-711 [pensadores inconformistas-711], surgida en Stuttgart.
Defienden el derecho de expresión y protestan contra unas medidas de higiene que, sostienen, son un obstáculo para su libertad. Y es precisamente en Alemania, donde las medidas han sido mucho más flexibles que en otros países, como España. Nunca se llegó a decretar el confinamiento total ni la obligación de usar mascarillas.
Pero no es la primera vez que se celebra una manifestación de estas características en Berlín. El día 1 de agosto, consiguieron congregar a cerca de 20.000 personas en esta misma ruta berlinesa. También incumplió las medidas de protección requeridas y la policía tuvo que disolverla.
Curiosamente, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania ha encontrado en estos colectivos contrarios a las medidas de prevención un caladero para captar nuevos votos. Si en la manifestación del primero de agosto ya aparecieron por allí figuras de la formación de extrema derecha, este sábado volvieron a hacerlo.
Pese a los negacionistas, lo cierto es que la epidemia no se detiene en territorio alemán, donde se registra una media de 1.500 casos nuevos diarios. Anteayer mismo, el RKI, el instituto de vigilancia germano, comunicó 1.479 nuevos contagios en las anteriores 24 horas. Angela Merkel, la canciller alemana, ha advertido de que, en los próximos meses, la epidemia será “aún más difícil”.