Los militantes del PSOE andaluz eligen hoy a quién quieren que dirija el partido en Andalucía en estas primeras primarias de la formación en la región. En concreto, unos 45.000.
Se debaten entre tres candidatos a la Secretaría General del PSOE-A y, en consecuencia, quién disputará la Presidencia de Andalucía en el futuro. Por un lado, Susana Díaz, que encarna el reciente pasado del socialismo andaluz, con sus pros y sus contras.
De otro, Juan Espadas, alcalde de Sevilla, y que representa al aparato del partido y con el apoyo más o menos directo de Ferraz y de Moncloa. Por último, Luis Ángel Hierro, quien se presenta como una alternativa de izquierdas y como la voz de las bases.
Estas primarias debían haberse celebrado en otoño, pero ante el riesgo de que Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, adelantara las elecciones andaluzas, Ferraz decidió anticiparlas para contar con un candidato ya asentado al timón del PSOE-A.
Así, Díaz representa un modelo de partido más independiente respecto a las decisiones de la dirección federal. No en vano, disputó la Secretaría General del PSOE en 2017 frente a Pedro Sánchez, aunque perdió por poco.
En distintos actos y encuentros con los militantes del PSOE andaluz se comprometió a realizar una gestión socialista regional “por, para y desde Andalucía”.
La región, dijo en un debate, “para ser leal y no sumisa, tiene que ser dueña de su destino y necesita también que se le respete”. Era una clara crítica al control desde Ferraz.
De hecho, criticó en unas declaraciones en la Cadena SER el adelanto de las primarias. Acusó a la dirección federal de querer tapar la debacle electoral en Madrid.
Sobre ella pesa, en cambio, el peor resultado de las últimas elecciones en Andalucía, perdiendo la Presidencia y siete diputados. Además, bajó de la barrera del 30% de los votos en el bastión del socialismo en España.
Por su lado, Espadas, al que se le ha denominado el candidato de Ferraz, ha querido desmarcarse de esa etiqueta. “Ningún socialista va a permitir que Andalucía sea sucursal de nadie. Decir eso es faltar al respeto al partido”, afirma.
Ha querido transmitir a los militantes del PSOE andaluz que su objetivo es el de la renovación del partido en la región. Así, ha criticado la gestión de Díaz como secretaria general, acusándola de haber perdido las elecciones por su falta de escucha.
Por último, Hierro se postula como la “tercera vía”, sin el respaldo de grandes figuras del partido, pero con el apoyo de las bases. Defiende una “transformación desde la base” de la federación andaluza.
Lleva a gala haber incluido entre las preguntas del debate del martes pasado las de los militantes del PSOE andaluz, frente a las de los periodistas que propuso el alcalde de Sevilla.
Asegura que ni Espadas ni Díaz son “representativos de la mayoría de los militantes del partido”. De hecho, ve en ellos una reedición de lo que hay hasta ahora. Por eso, propone una ruptura con el control del “aparato” del partido.
Así las cosas, la suerte está echada. La presencia de un tercer candidato suma una mayor incertidumbre al resultado. Si ninguno de los aspirantes logra más del 50% de los votos, habrá de celebrarse una segunda vuelta el 20 de junio. Entonces, sólo habrá dos candidaturas, las que logren el mayor número de respaldos.