Los precios del petróleo en el mercado se están volviendo locos en una suerte de montaña rusa con constantes subidas y bajadas. El barril de Brent, el de referencia en Europa, comenzaba la sesión de ayer con grandes fluctuaciones.
Cayó hasta un mínimo de 20,53 dólares por barril, para luego subir hasta los 23,88 dólares como máximo. Finalmente, cerraba a 22,87 dólares lo que supone una subida de un 11,78% respecto a la jornada anterior.
Por su parte, la cotización del barril West Texas también sufría grandes fluctuaciones en el mercado. Llegó a caer, casi al cierre de la sesión, a los 12,4 dólares, un incremento de un 1,89% respecto a la jornada anterior.
Cada vez hay menos capacidad de almacenamiento global. Ante el descalabro del precio del crudo en los mercados dos últimas semanas, Alexander Novak, ministro de Energía ruso, anunció ayer que las petroleras de su país introducido en la producción en un 19% respecto a febrero.
Advirtió de que el histerismo el mercado en el caso del West Texas dejado en evidencia los necesarios de hacer recortes organizados en las producciones de petróleo.
En una semana, los inventarios de petróleo han recibido un total de 8,9 millones de barriles. Dicha cantidad, en condiciones normales, sería grandísima. Los expertos habían pronosticado un incremento mayor de los diez millones de barriles, por lo que le cómoda, vistas las circunstancias, es una buena noticia.
Se confía en que el acuerdo de reducción de la producción petrolera que entrará en vigor en mayo hará que los mercados empiecen a estabilizarse. Con todo, no se vislumbra que los precios suban en un futuro cercano debido al altísimo nivel del almacenamiento mundial.
Hace unas semanas, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y grandes productores de crudo pactaron una reducción de bombeo de casi diez millones de barriles diarios en mayo y junio. Esto representa el 10% de la producción mundial.
Además, se espera que haya otros recortes adicionales en países como Estados Unidos, Canadá, Noruega y Brasil.