Melania Trump, la esposa de Donald Trump, entró formalmente en campaña en plena cuenta atrás para las elecciones de EEUU, el próximo 9 de noviembre. Fue en la pequeña localidad de Berwyn, de unos 3.500 habitantes, en el Estado de Pensilvania.
Allí, la primera dama de Estados Unidos, plasmó un discurso repleto de referencias a los “valores tradicionales americanos” con el que trató de eclipsar la imagen sexista del candidato republicano y asegurarle más votos femeninos.
“He venido aquí hoy a hablar sobre mi marido, Donald, y su profundo amor y respeto por este país, y por toda su gente”, ha dicho. “He venido a hablar sobre este hombre al que he conocido durante 18 años”, dijo la tercera esposa de Trump, de 46 años, en su breve discurso.
El discurso de Melania Trump tenía entre sus objetivos recortar la ventaja que la candidata demócrata, Hillary Clinton, le lleva a su esposo entre las mujeres de Pensilvania. En ese Estado, Clinton, cuenta con un 20% más de respaldos femeninos que su marido.
La ex modelo prometió convertirse en una primera dama “defensora de las mujeres y los niños”, y destacó la necesidad de que Estados Unidos “respete a las mujeres y les proporcione buenas oportunidades”. Defendió, además, la necesidad de enseñar a los jóvenes “valores tradicionales estadounidenses”, como “la honestidad, el respeto, la compasión, la caridad y la cooperación”.
Melania Trump evocó su pasado en su Eslovenia natal
La aspirante a primera dama recordó su infancia en la Eslovenia comunista. Allí, dijo, “América (Estados Unidos) era la palabra para definir la libertad y la oportunidad”. También, lo mucho que a sus 10 años le inspiraba la Presidencia del republicano Ronald Reagan (1981-1989).
“Soy una inmigrante, y nadie valora las libertades y oportunidades de Estados Unidos más que yo”, aseguró la ex modelo, que obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2006.
Para finalizar, también ha tenido palabras de consuelo para las víctimas de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos. Ya suma 5,7 millones de casos y 178.500 fallecidos.
Melania, ofreció su más “sentido pésame”, para todos aquellos que han perdido a un ser querido. Y ha prometido que su marido “no descansará hasta que haya hecho todo lo posible para cuidar de todos los afectados por esta terrible pandemia”.
Melania Trump sería una primera dama ciertamente atípica. Por un lado sería, por segunda vez, la primera en haber posado desnuda. Y por otro, la segunda inmigrante en llegar al cargo, desde la británica Louisa Adams, en 1825.