Estados Unidos no encuentra a los padres de 545 niños perdidos que Donald Trump separó de sus familias en la frontera sur, según ha denunciado la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en ingles).
El Gobierno estadounidense introdujo en 2018 una política de “tolerancia cero” en la frontera mexicana y separó indiscriminadamente a 2.800 familias. Una gran mayoría de éstas seguían bajo custodia en el país norteamericano, pero un orden ejecutiva anuló la medida.
La medida trataba de amedrentar a los inmigrantes, separando a los hijos de sus padres, para que así las familias que cruzaban la frontera se lo pensarán dos veces para entrar en el país.
Pero, cuando un juez federal de California ordenó a varios abogados que tratasen de reunificar a estas familias, mil de esos padres ya habían sido deportados.
De esas más de mil familias separadas, a partir de 2017, partiendo de los datos del Departamento de Seguridad Interior, estos abogados han podido contactar con los padres de 550 menores. Además, esperan que unos 25 puedan regresar a Estados Unidos. No obstante, otros 545 niños perdidos no encuentran a sus progenitores.
Lee Gelernt, subdirector del proyecto de Derechos de los Inmigrantes de ACLU, ha señalado no saber cuándo se podrá terminar con la búsqueda. Aún así, ha asegurado que no “pararán” hasta localizar a todas y cada una de las familias. “No pararemos hasta localizar a todas y cada una de las familias, no importa el tiempo que lleve”, se comprometió.
Con todo, algunas familias han rechazado la reunificación y, sin embargo, han autorizado que los niños se queden en EEUU con otros parientes o tutores. Tienen “miedo” de “lo que les podría ocurrir a sus hijos si vuelven” a los países de donde procedían. Sobre todo, los migrantes llegaron desde Centroamérica.