En el centro logístico de Amazon en la ciudad estadounidense de Bessemer, Alabama, se votó hace más de una semana para decidir si se sindicalizaban. El resultado fue que el 56% de los empleados que acudieron a votar rechazó formar parte de un sindicato.
En concreto, votaron 3.215 trabajadores, de los cuales 1.798 lo hicieron en contra y 738 votaron a favor. Amazon emplea a 5.800 personas en ese centro logístico en Alabama. El escrutinio se alargó durante más de una semana.
El gigante del comercio electrónico ha emitido un comunicado en el que dice que sus “empleados han escuchado muchos más mensajes antiAmazon desde el sindicato, los políticos y los medios que lo que han escuchado de nosotros. Y Amazon no ha ganado: nuestros empleados han tomado la decisión de votar en contra de unirse a un sindicato”.
Añade que “no somos perfectos, pero estamos orgullosos de nuestro equipo y de lo que ofrecemos y seguiremos trabajando para mejorar cada día”.
Por su lado, el Sindicato de Tiendas Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes (RWDSU), acerca del que se votaba anunció una denuncia. Se querellará contra Amazon ante los reguladores de Trabajo de Estados Unidos por prácticas laborales injustas.
Además, desde RWDSU afirman que la compañía “interfirió” en los derechos de los empleados a votar “en una elección libre y justa”. Amazon, dicen, “creó una atmósfera de confusión, coerción y/o miedo a las represalias”, por lo que piden que no se tenga en cuenta el resultado.
En Estados Unidos, para que un sindicato represente a los trabajadores, estos deben votar mayoritariamente a favor en unas elecciones.
Vivimos en un mundo en el que algunos trabajadores rechazan defenderse a sí mismos o que les defiendan. Renuncian a formar parte de una clase social que es explotada por muchas grandes compañías. El triunfo del capitalismo y la explotación comienza por destruir a los sindicatos.