La sociedad actual vive una “decadencia moral” y las personas han perdido “referencias permanentes”.
En una entrevista a Europa Press, Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior, ha declarado que “el aborto no puede ser la solución, un crimen no puede ser la solución”, refiriéndose a lo que, para él, es una crisis de valores que está viviendo la sociedad actual, con “decadencia moral”, con perdida de “referencias permanentes”, dejándose llevar “por lo cómodo” y “superficial” y “favoreciendo la desaparición de los seres más indefensos”.
Coincidiendo con el lanzamiento en París de la plataforma cultural One of Us y la presentación de un manifiesto suscrito por pensadores e intelectuales europeos que comparten sus tesis, el exministro considera que una ley de supuestos como la de 1985, que permitía el aborto en caso de malformación del feto, violación y riesgo psíquico o físico para la madre, al final busca superar “situaciones muy dramáticas”, pero que está “presidida por la comunidad”.
Así, en su opinión, “que la mujer trabaje es irreversible. Ahora, el aborto no tiene por qué ser irreversible; el matar a una persona que va a nacer es una degeneración, no es una expresión de un derecho en términos positivos. Decir que el aborto es un debate del siglo XV, como dijo la ministra de Sanidad, es un disparate. Decir que el aborto es un debate del pasado es otro error. Lo que hay que saber es discernir, no dejarte llevar por lo fácil, por lo cómodo, por lo superficial”.
Por tanto, a su juicio, no se puede legislar sobre el aborto, sino que se está a favor o en contra. “El aborto o es bueno o es malo, es legítimo o no es legítimo, es un bien o es un mal, ese es el planteamiento que hacemos” en la Fundación Europea One of Us que Mayor Oreja preside. Afirmó que en la sociedad actual prevalece la “comodidad”: “Para una señora que se queda embarazada, es más cómodo que desaparezca ese ser que va a nacer y que le incomoda”.
Estoy harto de «SANTURRONES» y de esta gente de extrema derecha son unos sujetos peligrosos y todabia no se dan cuenta, que su tiempo se ha acabado, son los mas rancios, retrógrados y antediluvianos, son una especie a extinguirse.
Lo que pasa es que no quieren parar de hacer el ridículo porque mientras sigan con algún cargo cobrando un buen sueldo y prebendas, pues harán lo que sea necesario.
Ademas se permiten el lujo de decirle a la gente lo que tienen que hacer, como si ellos fueran «Dogma de fe». Este con lo que se llevo en «sobres, comisiones y corruptelas, ya podían devolverlo a los mas pobres y necesitados y menos sermones.