May pide socorro a Bruselas

May pide socorro a Bruselas

Necesita desesperadamente una concesión de la Unión Europea para salvar el Brexit.
El objetivo de la cumbre de ayer y hoy es echar una mano a Theresa May para salvar el acuerdo de salida de Reino Unido, a pesar de que ya nadie disimula el hartazgo, el hastío y la fatiga que han supuesto las negociaciones del Brexit.

Este miércoles, la primera ministra logró salvar la cuestión de confianza con suficiente margen entre los diputados de su propio partido. Sin embargo, nada garantiza que saque adelante en el Parlamento británico la aprobación del Tratado de desconexión alcanzado con la Unión a finales de noviembre.

La premier llega con la idea de conseguir arrancar de la UE alguna concesión que suponga garantizar por escrito que Reino Unido no permanecerá de manera indefinida en la union aduanera europea, tal vez el único modo de contentar, así, a los todavía díscolos euroescépticos en su país.

En tanto en cuanto Bruselas y Londres no acuerden un futuro acuerdo comercial, la fórmula de que los británicos permanezcan en la unión aduanera es la única, dirigida a evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte. Sin embargo, muchos diputados de Reino Unido temen quedar atrapados indefinidamente a la unión a causa de esa medida.

Los negociadores del bloque comunitario ponen dos condiciones para ofrecer una solución válida para May. “No puede renegociarse el texto y las garantías que se ofrezcan a Londres no pueden contradecir el contenido del acuerdo”, señala una fuente europea.

Ayer mismo, se celebró en el seno del Consejo Europeo una reunión entre los 27 en la que se debatió una posible oferta a la premier. No obstante, queda la duda de cuál será el compromiso legal y político que, por otro lado, debería estar preparado antes del 21 de enero, la fecha límite que May se ha propuesto para ratificar el acuerdo. “La forma legal dependerá de lo que se pida”, indicó esa misma fuente.

Los diplomáticos europeos cuentan todavía con un mes para negociar. Para la premier será el fin de su carrera política al más alto nivel, puesto que anunció que no se presentará a la reelección. Es el precio que pagará con la confianza de que los diputados acepten su Brexit a cambio de librarse de ella para siempre.

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