Para abrir un debate nacional con el objetivo de lograr “un nuevo contrato” social.
En un mensaje a la nación, Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha informado de la declaración del “estado de emergencia económica y social” en el país cuyo objetivo es abrir un debate para lograr “un nuevo contrato” social y en respuesta a la ola de protestas de los chalecos amarillos.
El presidente francés se reunió durante cuatro horas con sus principales ministros, los sindicatos y la patronal con el fin de encontrar una solución a los disturbios que reaccionaban ante la subida del impuesto sobre los combustibles y que ha ido creciendo hasta exigir cambios en política y economía.
En su intervención, lo primero que hizo fue condenar las revueltas de los chalecos amarillos de las que ha dicho que son “un estallido de la violencia inadmisible” y que “ningún malestar justifica un ataque a un político, a un gendarme, a un comercio o a bienes públicos”. Parte de esa violencia, dijo, es responsabilidad de la “indulgencia” de “políticos irresponsables” y “oportunistas” con el único fin de “llevar a la República al desorden y la anarquía”.
En respuesta, ha instado a recuperar la normalidad en toda Francia. “Cuando la violencia se desata, la libertad cesa. De ahora en adelante, la calma y el orden republicano deben reinar”, ha reclamado. No obstante, indicó, “no ignoro que hay ira y me parece que es justa”, en referencia a “los trabajadores que no llegan a final de mes y se levantan muy temprano y llegan muy tarde”, además de a “la madre soltera que no tiene con quién dejar a sus hijos” y a “los jubilados enfadados que han contribuido durante toda su vida y ahora no pueden seguir adelante”.
El jefe del Estado galo admitió que “las personas más frágiles no tienen su reconocimiento en esta sociedad”, algo que “viene de lejos”, “40 años de problemas para los trabajadores”, aunque “el problema es que nos hemos acostumbrado a ello”.
Reconoció su propia responsabilidad por no haber “sabido dar una respuesta rápida”. “Puede que les haya dado la sensación de que no estaban entre mis preocupaciones ni entre mis prioridades, de que no era mi problema”, aunque, afirmó, no es así.
Ante ese contexto, avanzó que adoptaría un paquete de medidas de choque y que pediría a su Gobierno y al Parlamento que salgan adelante. Entre ellas, que en 2019 subirá cien euros mensuales el salario mínimo “sin que le cueste nada a los empresarios”, que quedarán libres de impuestos el pago de las horas extras y las primas de final de año, así como que la subida de impuestos prevista queda cancelada para aquellos pensionistas que perciban menos de 2.000 euros al mes.
Macron entiende que “un nuevo contrato” social es necesario, por lo que, para ello, convoca a todos los agentes políticos, económicos y sociales a hacer “una reflexión profunda, a un debate sin precedentes”.
Defendió el “equilibrio en la fiscalidad para permitir la justicia y la eficacia”, por lo que es necesario que “nuestras grandes empresas y nuestros ciudadanos con más posibilidades apoyen a los demás”.
No obstante, rechazó la posibilidad de recuperar el impuesto a las grandes fortunas con el fin de que no se produzca una fuga de capitales y, en vez de ello, lo que hay que hacer es fortalecer la lucha contra el fraude fiscal. También, indicó a ese respecto que “las grandes empresas tienen que pagar impuestos y tienen que hacerlo en Francia”.
señaló que habrá reformas del sistema de pensiones y del subsidio por desempleo “con reglas más claras y más justas que recompensen a los trabajadores”, y también cambios en la ley electoral, “para que se escuchen mejor las distintas opiniones”, así como tratar los retos de la inmigración y el cambio climático. Incluso, abogó por revisar “la organización del Estado” en un país “demasiado centralizado desde hace décadas”.
En opinión del presidente galo, en Francia se está viviendo “un momento histórico” y aseguró que “no retomaremos el curso normal de nuestras vidas sin que hayamos entendido lo que ocurre, sin cambiar nada”. En ese sentido, manifestó que espera que desde la unidad, el respeto y el diálogo se saldrá de esta catarsis con éxito, ofreciéndose a “coordinar” el esfuerzo nacional y avanzando que se reunirá con todos los alcaldes, los “interlocutores naturales” de la ciudadanía “para sacar adelante este nuevo contrato con la nación”.