Crece la tensión en Sudán y algunos hospitales han sido asaltados, trabajadores atacados e, incluso, se han dado casos de abusos sexuales. Así lo ha denunciado Ahmed al Mandhari, director de la Organización Mundial de la Salud, OMS, para la región oriental del Mediterráneo, quien ha mostrado la enorme preocupación del organismo internacional por el impacto de la violencia, en especial en Jartum, la capital sudanesa. Los recientes ataques han provocado el cierre de servicios de urgencia, que se traslade sin control alguno a los pacientes y que cinco trabajadores y personas ingresadas han resultado heridos.
“Parece que los trabajadores médicos han sido atacados por cumplir con su deber y proporcionar asistencia a los heridos”, ha señalado al Mandhari, cuando no hace ni una semana que se desalojó un campamento de protesta, con un saldo de 61 víctimas mortales, admitidas por el Gobierno de Sudán, y más de 100, según la oposición.
En ese contexto, la realidad es que los hospitales de campaña que se habilitaron han sido destrozados e incendiados, además de resultar saqueados los equipos. “Estas acciones representan una violación total e inaceptable de los Derechos Humanos y deben cesar”, destacó el director de la OMS para la región. A su vez, hizo un llamamiento para que se respete la asistencia médica: “Los trabajadores médicos deben poder tratar a los heridos y enfermos sin tener que preocuparse por su seguridad o la de sus pacientes”, remarcó. A pesar de la situación, la agencia de la ONU ha enviado nueve camiones con suministros a la capital sudanesa.