Los suecos van a las urnas

Los suecos van a las urnas

Hoy se celebran elecciones generales en el país escandinavo.
Alrededor de 7,3 millones de suecos podrán acudir hoy a las urnas en unas elecciones generales y locales que decidirán la composición del futuro Riksdag, el Parlamento, que posteriormente elegirá al Gobierno para cuatro años.

Sin una clara mayoría de los grandes bloques, los ultraderechistas Demócratas Suecos creen poder obtener un resultado sin precedentes e influir de manera decisiva en el futuro Ejecutivo.

310 de los 349 diputados se repartirán en función de los resultados en cada una de las circunscripciones, 29, mientras que los 39 restantes se tendrán en cuenta los datos de los partidos a nivel nacional. Una formación política debe obtener al menos el 4% de los votos de todo el país o el 12% en una circunscripcion para entrar en el Parlamento.

El Partido Social Demócrata de Stefan Lofven, primer ministro de Suecia, parte como favorito. Gobierna en coalición con los verdes desde 2014. En cambio los sondeos le auguran tan sólo el 25% de los votos. La Izquierda podría unirse a estas dos formaciones representando el 40% del total del espectro político.

Sin embargo, sería insuficiente, puesto que la alianza conservadora liderada por los moderados también tiene similar intención de voto.

El Partido Moderado, el Partido Popular Liberal, el Partido del Centro y Demócratas Cristianos forman el bloque de centro-derecha y pretenden aupar a Ulf Kristersson como primer ministro, pese a la caída de la intención de voto de los moderados, que está en torno al 20%.

Por su parte, los Demócratas Suecos, que han conseguido disimular sus orígenes neonazis, han convencido a una quinta parte de los suecos con un mensaje de seguridad y en contra de la inmigración y la entrada de refugiados. Esto podría abocar a la coalición de centro-derecha a perder su condición de segunda fuerza política.

Así, Jimmie Akesson, líder de los ultraderechistas, podría hacerse con uno de cada cinco votos, a pesar de que, hasta ahora, en el país escandinavo no habían calado los mensajes extremistas como lo han hecho en Noruega, Finlandia y Dinamarca.

Los dos grandes bloques no obtendrían, en este escenario, mayoría suficiente, y solo podrían gobernar uno de ellos si el otro se lo permite. hasta ahora, las grandes formaciones habían pactado tácitamente evitar cualquier pacto político con los Demócratas Suecos.

Con todo, los socialdemócratas advierten de que la Alianza conservadora podría apoyarse en la ultraderecha. Ya no están tan claras las líneas rojas postelectorales.

Niklas Bohlin, politólogo de la Mid Sweden University, ha señalado que “nos enfrentaremos a un proceso extremadamente complicado para formar Gobierno, quizás el más complicado de la historia moderna”.

Y es que todo ha cambiado desde que en 2014 se alzara con la victoria la coalición socialdemócrata en los últimos comicios, un año antes de que cientos de miles de migrantes y refugiados alcanzaran Europa, la mayor oleada migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

Demócratas Suecos han jugado la baza de los supuestos riesgos de seguridad consecuencia de estas migraciones, algo que han alentado los crecientes crímenes violentos e incidentes vandálicos, como los acontecidos en Gotemburgo en este verano.

Pero también se apoyan en las cifras de empleo y de la economía, puestas en cuestión por los ultraderechistas, según un estudio reciente de la Universidad de Estocolmo.

A ello se unen las fake news, que parecen haber hecho mella en la opinión pública. Un tercio de las noticias sobre las elecciones que se publican en Internet tienen información engañosa, en especial las relacionadas con la inmigración y el Islam.

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