Me repliego, me doblo sobre mi misma y me encojo, los brazos sobre los brazos, las piernas cruzadas, el tronco doblado, y así en ese bulto en que me convierto desaparezco por unos instantes como el erizo que saca sus púas y se ovilla. Y respiro y luego como una flor abro mis pétalos, he guardado mis miedos en la caja que me contiene y puedo salir al mundo después de ese abrazo a mí misma que ha guardado mis temores.
Los relatos de Aina. “Replegarse”, por Aina Rotger.
