Los relatos de Aina. “Marinero”, por Aina Rotger.

Aina Rotger Carlón.

Amaba el mar con una pasión duradera, desde niño coleccionaba palabras de barcos: jarcia, defensa, mástil, babor, estribor… Había rebuscado en novelas y manuales hasta dominar como nadie ese vocabulario.

También tenía una extensa colección de navíos en miniatura, de madera, con los que se pasaba tardes enteras montando piezas diminutas. Su casa era un museo. Le gustaba hablar con los marineros y comentar sus aventuras, se acercaba al puerto y entablaba largas conversaciones o en los bares que frecuentaban los pescadores.

Sin embargo el mar le daba un miedo atroz y se mareaba nada más pisar cubierta, por lo que se convirtió en un marinero de secano que amaba tanto el mar como miedo le tenía…

Escuchaba historias de naufragios y se afirmaba en su temor, de modo que desde su ventana de abogado, en tierra firme, veía los barcos partir, y pese a ver su belleza no los pisaba.

Hasta que ya de mayor cuando murió pidió que lanzaran sus cenizas al océano y por fin pudo fundirse con sus miedos cuando estos ya no importaban.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *