Los mercados internacionales comparan ya los disturbios de Barcelona con los ‘chalecos amarillos’ en París

Los mercados internacionales comparan ya los disturbios de Barcelona con los ‘chalecos amarillos’ en París

Los disturbios en Barcelona ya tienen efectos en la economía catalana porque los inversores empiezan a asimilar la situación en la Ciudad Condal a la de los chalecos amarillos en París, a la que los mercados internacionales consideran “terreno vedado”.

Las imágenes con coches quemados, actos de vandalismo y mobiliario urbano destrozado han dado la vuelta al mundo y la reputación de Barcelona ha caído en picado. “No son una buena señal”, explican fuentes financieras a Bolsamanía.

“Las escenas de quemas de coches les recuerdan demasiado a los disturbios de los chalecos amarillos en París”, señalan. Las movilizaciones no ayudan a generar el clima de estabilidad y seguridad jurídica que el dinero extranjero necesita para aterrizar en según qué territorio.

Si los hosteleros, comercios, establecimientos y empresas turísticas ya advertían de que la situación les llevaría a recortes en plantillas y lamentaban el desplome de las facturaciones en esta última semana de incidentes primero y vandalismo después.

Con todo, estas mismas fuentes indican que el conflicto catalán, aunque preocupante, no está en la primera línea de las cuestiones que retraen la inversión. Se sabe de ello, pero “no se considera internacionalmente relevante”.

“No está al mismo nivel que el Brexit o Donald Trump”, explican en referencia al impacto del primero si finalmente es abrupto –en la sesión extraordinaria de ayer en Westminster hubo de aplazarse la votación- y a las crecientes medidas proteccionistas del mandatario estadounidense y su guerra comercial con China.

“No se espera un gran impacto, aunque la violencia en las calles no augura nada bueno”, alertan. Y es que el dinero tiene miedo. “El dinero extranjero miedoso se fue en 2017 y no ha vuelto”, apunta Eduardo Bolinches, director de Bolsanow.com. Sobre todo en la Bolsa.

En buena medida, esa huída de capitales desde 2017 puede considerarse positivo para el conjunto de la economía española. Bolinches explica que pueden darse algunos episodios puntuales, como la caída de un 3,5% de Meliá este viernes, pero, en sus palabras, el Ibex “no se la pega”.

La razón: los capitales que tenían preocupación por la cuestión catalana “hace tiempo que no están”. Preocupa más el Brexit a corto plazo.

La situación global de España presenta un panorama bien distinto que hace dos años, justo por estas mismas fechas. La sensación de riesgo no es igual. Por supuesto, la situación de una comunidad autónoma que representa el 19% del PIB genera incertidumbre.

A ello se añade la inestabilidad suscitada por la repetición electoral menos de un mes. Hace dos años, el 55% de los inversores dejaron de confiar en Cataluña como destino de su dinero y el flujo de capital foráneo cayó un 40%, según un estudio de Kreab.

A lo largo del pasado año se recuperó parte de las pérdidas, aunque siguió la caída (-11,7%), si bien, hablando de inversión total, el 85% fue a caer en Madrid, mientras que en la región catalana recibía el 6,4%. Las razones que lo explican están en los traslados de las sedes sociales y en el parón de muchos proyectos.

Con todo, en el primer semestre de 2019 se remontó hasta un 16%, con inversiones récord en sectores como el alquiler de oficinas. En estos seis meses, la inversión llegó a Barcelona como no se conocía desde hace 12 años, con un 70% de operaciones llevadas a cabo por firmas extranjeras como Abeerden Standard Investment, Grupo Emperador, Partners Group, Patrizia y Starwood Capital.

Según opinan fuentes del sector, no se pararán las operaciones puestas en marcha y lo previsible es que se mantenga la tendencia. Sin embargo, se cancelan congresos, seminarios y eventos de compañías importantes, una señal nada buena.

Tal es así que no han estado presentes firmas importantes del sector inmobiliario en el Barcelona Meeting Point celebrado hasta ayer en la Ciudad Condal. Además, los visitantes europeos y del resto de España han reducido sus estancias.

Prueba de todo ello es la preocupación de la imagen que se pueda proyectar en algunos eventos que se celebran en la próxima semana, como el ‘Investors Day’. Otros, en cambio, han optado por, directamente, cancelar. Es el caso de Societé Générale, que ha suspendido un seminario en Barcelona.

O el de Dow Jones, el gigante de la información financiera, que iba a celebrar su conferencia anual del equipo de ventas en Sitges. 400 trabajadores procedentes de todo el mundo habrían llegado a la localidad barcelonesa, pero se ha aplazado sine die en el último momento.

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