Los efectos del cambio climático y la especulación devastan el sureste de España

Los efectos del cambio climático y la especulación devastan el sureste de España

Quien a estas alturas niegue el cambio climático, que haberlos, los hay, o vive en otro planeta o solo mira a su ombligo e intenta sacar tajada especulando. Tras lo vivido el fin de semana en el este y el sureste de España cabría preguntarse qué harían ellos si hubieran perdido las cosechas de las que subsisten o las casas en las que viven.

El panorama de lo que ha dejado la DANA, que ha devastado todo a su paso, es dantesco y resulta difícil evaluar lo que las violentas lluvias y los vientos han provocado. No solo los numerosísimos daños, sino también la repercusión económica que conlleva la catástrofe.

A eso se ha referido Luis Planas, ministro de Agricultura en funciones, en su visita a la Región de Murcia. “Venimos, no solo para conocer de primera mano la situación, sino para reconocer el trabajo y el esfuerzo de todos los efectivos que están trabajando para reparar esta situación catastrófica que se ha producido por esta Gota Fría, de una dimensión desconocida en su intensidad, su duración e incluso en su espectro geográfico”, señaló.

Ayer, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, visitaba Los Alcázares y un día antes, José Guirao, ministro de Cultura, hacía lo propio en Molina de Segura constatando los daños producidos, donde el desbordamiento del río se ha cebado especialmente con esta localidad.

“Creo que habrá que evaluarlos para que, tanto por parte de la Comunidad Autónoma, la delegación del Gobierno, como el conjunto de los ayuntamientos afectados, se establezca un inventario de daños para poder construir todas las medidas de reparación”, dijo Guirao.

Planas, por su lado remarcaba que “además de estar preocupado por lo más importante, que son las víctimas y el daño humano, también estoy preocupado por la afectación de la agricultura y la ganadería en la Región de Murcia, pero también en Andalucía, Castilla la Mancha o Comunidad Valenciana, en donde los sectores más afectados han sido el de las hortalizas, cítricos, uva de mesa o el arroz”.

A ello añadía que “hay una voluntad firme del Gobierno de España de responder, con todos los medios administrativos y financieros a nuestro alcance, a esta situación excepcional”. Recordó que estos episodios catastróficos hay que enmarcarlos “en una perspectiva de lucha contra el cambio climático, como algo que, por desgracia, puede ocurrir de forma más recurrente en el futuro”.

Y es que hay ciertos sectores de la política a los que no les conviene, porque tampoco les conviene a ciertos sectores no políticos pero sí con poder, poner remedio al calentamiento global, al cambio climático… No es conveniente porque se deja de poder especular o de ganar pingües beneficios con poco esfuerzo.

Mientras no exista una política cohesionada que ponga todas las medidas en marcha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras prosigamos con permisividad deforestando para conceder licencias urbanísticas, por ejemplo, -¿qué hay detrás de los incendios del Amazonas, además de la industria maderera?-, o recalificando terrenos donde antes estaba el cauce de un río, tendremos que seguir mitigando los efectos de estos desastres naturales.

Ejemplos no faltan en España: Biescas, Los Alfaques,… O más recientemente, por falta de medios, por falta de voluntad, o por mera ineptitud política, en Baleares, Tafalla, Bilbao… En julio, el Gobierno de Navarra cifró en 5,1 millones de euros los daños provocados por las inundaciones. Algunas compañías de seguros calcularon unas pérdidas valoradas en 15 millones. Y eso es un solo ejemplo.

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