Ley 11/2017 de Sanidad

Carolina Gutiérrez Montero.

Por Carolina Gutiérrez Montero (investigadora biomédica)
La sanidad constituye uno de los pilares básicos del estado de bienestar de cualquier país. La preocupación y estabilización de unos servicios públicos de calidad para sus ciudadanos es lo que diferencia a unos de otros.
En nuestro país, el modelo de sanidad pública del que disfrutamos ha sido un ejemplo a seguir por otros países. Sin embargo, en algunas Comunidades Autónomas vivimos momentos de zozobra, especialmente por los intentos de privatización de los centros públicos, la precariedad laboral de los profesionales sanitarios, el desmantelamiento de servicios médicos…
Es el caso que venimos padeciendo desde hace ya algunos años en la Comunidad de Madrid y que ha llevado y sigue llevando a movilizaciones sin precedentes que luchan sin cesar por la defensa de una sanidad pública y de calidad para todos los madrileños.
El pasado 3 de enero salió publicada en el BOCM la Ley 11/2017 de Buen Gobierno y Profesionalización de la Gestión de los Centros y Organizaciones Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud.
Esta Ley ha sido aprobada por todos los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid y recoge algunos de los puntos que fueron presentados por el Grupo Parlamentario Socialista en el año 2015 (Resolución número 24/2015). En ella se presentaron cinco puntos que recoge la actual Ley y que podrían resumirse en: 1) dotar a las organizaciones sanitarias madrileñas de Juntas de Gobierno encargadas de seleccionar a los Gerentes, 2) establecer que los Gerentes sean seleccionados con criterios profesionales por estas Juntas de Gobierno ante las que tendrán que rendir cuentas, 3) fortalecer los órganos de asesoramiento y participación profesional, 4) dotar de los instrumentos de buen gobierno y gestión a los centros, y 5) conceder autonomía de gestión precisa para cumplir bien su función.
Esta Ley será de aplicación a las organizaciones que forman parte del Servicio Madrileño de Salud, así como al personal que presta servicio en el mismo.
La Ley nace con la idea de que el buen gobierno público debe funcionar bien en los servicios públicos. De hecho la visión de un buen gobierno de gestión de la sanidad ya se incluía en el programa electoral de mayo de 2015 del PSOE.
Se busca una mayor participación de agentes sociales y externos a la hora de la elección de los Gerentes y que estos no sean elegidos arbitrariamente por el partido que se encuentre en el gobierno. De ahí el papel principal que adquirirán las Juntas de Gobierno en las que además de un Presidente y Vicepresidente, contará con 12 vocales (6 pertenecientes al SERMAS, 2 pertenecientes al Ayuntamiento y 4 externos que pueden provenir de organizaciones sindicales, comités científicos, asociaciones vecinales…).
A priori, esta participación de vocales externos jugará posiblemente un papel clave en la transparencia de la selección de las gerencias hospitalarias y de atención primaria de nuestra comunidad. Y ayudará al tener que rendir cuentas ante dicha Junta de Gobierno a una mayor transparencia de su gestión, pudiendo ser relevado de su cargo si así fuese considerado por los miembros de dicha Junta.
Como toda Ley que se precie tendremos que ver cuando empiece a rodar definitivamente el alcance que tendrá de cara a mejorar positivamente nuestra sanidad y las mejoras profesionales que de ella se deriven.
No hay ley perfecta. Pero por primera vez se ha aprobado la elección por ley de los Gerentes a través de las Juntas de Gobierno que se creen. Se pretende que sea una pequeña contribución a la mejora de la calidad democrática de nuestro país.
Las Fundaciones de Investigación Biomédica de los Hospitales se han quedado fuera de la participación de estas Juntas de Gobierno. Sin embargo, dado que el patronato de las mismas está presidido por el Gerente del Hospital, queda la esperanza de que una elección menos arbitraria del mismo, también tenga su influencia en las Fundaciones de Investigación, que no debemos olvidar que bajo su paraguas se encuentran los investigadores biomédicos cuyos trabajos muchas veces son los que les dan prestigio a los centros hospitalarios.
Confiemos por tanto en el granito de arena que pueda aportar esta nueva Ley en la mejora de la gestión de la sanidad madrileña y veamos lo positivo de la misma al mejorar a lo que tenemos hoy en día.

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