“Lecciones de la doctora Kasner”, por Antonio Miguel Carmona.

Antonio Miguel Carmona.

Su nombre de soltera era Ángela Dorothea Kasner y, por estas cosas de la vida medieval, tomó el apellido de su primer marido, Merkel, y lo mantuvo durante el resto de sus días.

Ángela Merkel se ha convertido en la líder de Europa, capaz de sentar las bases para una Unión más estable en la que la coordinación en política fiscal comienza a ponerse en paralelo a una política monetaria decisiva.

Hace años fue el monstruo de nuestras entretelas. Aquella que se nos antojaba capaz de defender los ahorros de los alemanes y bloquear cualquier tipo de financiación a estos ciudadanos del sur que sufrimos calores con alegría e inversiones sin capacidad.

Y ahora que se retira, en sus últimos meses como canciller, se levanta de su austera mesa para señalarnos que necesitamos una Europa fuerte. Tiene claro lo que le dijo Helmut Kohl a Felipe González: “Yo no quiero una Europa alemana sino una Alemania europea”.

Por eso ha sido capaz de navegar entre dos aguas. En aquella orilla, los Rutte de turno con sus ahorros, sus paraísos fiscales y su austeridad de hugonote enfadado. Y en esta orilla los países capaces, como el nuestro, de financiar con los ahorros de los trabajadores alemanes la construcción de tres millones de pisos vacíos y un par de aeropuertos peatonales.

Para luterana, Ángela, cuyo padre era pastor protestante en la República Democrática de Alemania. Allí fue donde formó parte de las juventudes comunistas y comenzó su vida política mirando de reojo al oeste.

Para política, Ángela, capaz de haber pasado del comunismo juvenil a participar en el partido democratacristiano nacido en el Este de Alemania, Despertar Democrático, con el fin de sumar a un proyecto que acabaría en la CDU y que ella misma sería capaz de liderar después.

Para calculadora, Ángela, física de profesión, con un primer marido físico también y un segundo esposo catedrático de Química. Como para no saber el peso de las cosas en función de su masa y de la gravedad. Lo mide todo.

Para gestora, Ángela, una mujer que formó parte de los gabinetes de Helmut Kohl y cuya brillantez, trabajo duro y lealtad permanente se puso de manifiesto por parte de cualquier político que anduvo cerca, a su lado o enfrente, fuere de un signo o de otro.

Ha sido la gran protagonista de la Cumbre de la Pandemia. El paso adelante dado, tan grande como su voluntad, es suyo. El movimiento de tener una Holanda a un extremo y a Italia en otro, con nosotros ahí y los otros allí, ha sido maestro.

Hay una sola Merkel en Europa. La doctora Kasner. No hay más. Así que espero que no se vaya. ¡Quién me iba a decir a mí que iba a escribir este artículo después de lo borde que se puso en 2008! Las cosas evolucionan tanto que cuando uno parpadea cambia el mundo de repente.

Algo habrá tenido que ver la tesis doctoral de la entonces joven Kasner, ahora Merkel, siempre Ángela, intitulada ‘Influencia de la correlación espacial de la velocidad de reacción bimolecular de reacciones elementales en los medios densos’. Lo explica todo.

1 thoughts on ““Lecciones de la doctora Kasner”, por Antonio Miguel Carmona.”

  1. Muy interesante el articulo sobre Merkel. Sr Carmona estoy totalmente de acuerdo contigo, tu apreciación coincide con mi forma de ver en estos momentos lo importante que ha sido la aportación de Merkel para el acuerdo Europeo en apoyo de la pandemia, Creo que debemos de felicitarnos por este gran acuerdo, sobre todo por que los españoles debemos de estar contentos por el reconocimiento de nuestra situación, Y tambien felicitar a nuestro presidente PEDRO SANCHEZ, ¡ GRACIAS BUEN TRABAJO !

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *