Muy mal se tienen que ver los independentistas de Junts cuando recurren a casi el ataque personal como ha hecho Laura Borràs, candidata de JxCat. Muy bajo hay que caer para ser incapaces de contar al electorado las bondades –si las hay— de su proyecto político. Y es que no hay proyecto político en Laura Borràs, fiel discípula de Carles Puigdemont.
La inconsistencia de su mensaje, sin embargo, calará en muchos. Criticó a la persona y al hacer de Salvador Illa, candidato del PSC. Se puede criticar el proyecto ajeno, faltaría más, pero bajar al barro y mofarse del nombre de Illa es desacreditarse.
Tal vez no se dé cuenta de que su apellido podría ser objeto de todo tipo de burlas. Pero quien tiene altura política no desciende a tanta bajeza. Sólo se puede explicar, claro, porque su mentor también lo hizo desde la cobardía de su refugio en Bruselas.
Laura Borràs prefirió el ataque personal con ese “salvémonos de este Salvador, porque no nos salvará de nada”. Fácil juego de palabras a la altura de un niño de 5 años, o poco más. Creerá que ha sido ingeniosa.
“Es la devolución de un producto defectuoso. Se fue siendo la cuota del PSC y vuelve aquí siendo la cuota del PSOE. Seguramente se lo quitan de encima por incompetente”, dijo en un mitin presencial y telemático en La Seu d’Urgell (Lleida).
Se califica a sí misma con semejantes ataques sin explicar ni siquiera un momento los puntos de su proyecto, si lo hay. “Yo lo llamo el ‘defecto Illa’”, añadió con ‘facilidad’ de palabra.
Tal vez sea válida la crítica a la gestión del ex ministro, pero no cabe ir tan abajo en su exposición, vacía de contenido y más propia de un patio de colegio. Cabría pensar que, si esto es todo cuanto ofrece ella y su partido, apañados están los catalanes y, por extensión, el resto de España.
Por supuesto, incorporó al mensaje todo tipo de falsedades, fakes, invenciones, imaginaciones suyas y de Puigdemont y descalificaciones globales. Si los catalanes quieren votar al independentismo, es mejor que busquen otra opción.