El último balance realizado de las fuertes inundaciones en Alemania, principalmente en los estados de Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado, reflejan un saldo de más de cien fallecidos y casi 1.300 desaparecidos. Ambos estados se encuentran en el oeste de Alemania.
Las inundaciones que han sacudido estas zonas son las peores en lo que se recuerda de siglo. Son muchas las personas las que han perdido a sus familiares, sus casas y hasta su forma de vida. Lo terrible es que lo ocurrido aún no ha tocado fondo. Las infraestructuras están muy dañadas ya que el agua ha causado estragos. A todo ello, se une que los servicios de protección civil tienen muchas complicaciones para acceder a las zonas donde se ha producido el desastre.
La naturaleza se ha mostrado violentamente en la zona. Fueron 40 litros por metro cuadrado los que cayeron en pocas horas. Ello provocó que se desbordaran los ríos, ya que la capacidad de absorción de los desagües se superó. Por esa causa, se inundaron viviendas. Algunas incluso se derrumbaron puesto que el agua arrancó los cimientos. En algunas ciudades, el agua alcanzó los 1,60 metros de altura.
Frank Rock, portavoz del Ayuntamiento de Erftstadt (Colonia), ha manifestado: “Estamos ante una situación muy confusa, una crisis sin precedentes imposible de evaluar en estos momentos con precisión, ni en pérdidas humanas ni en materiales”.
La situación sigue siendo crítica a pesar de que tiende a estabilizarse. Un portavoz del servicio de bomberos de Solingen ha asegurado que “el peligro no ha desaparecido y eso dificulta las tareas de rescate”. “Nos estamos centrando en la búsqueda de desaparecidos, en recuperar las víctimas mortales y en tratar de salvar presas y viviendas. Estamos sacando a la gente usando escaleras giratorias, botes y boyas”, ha explicado.