Comenzaron en Cartagena y, con presencia en todo el territorio nacional, las Fuerzas Armadas han logrado distribuir más de cien mil kilos de alimentos.
Según informa Europa Press, en tan solo tres semanas exactas, la operación Balmis ha dado sus frutos, no solo en la interceptación de las comunicaciones y la seguridad de los ciudadanos, sino también, en algo que no debe pasar desapercibido: la distribución de alimentos.
La colaboración de los diversos estamentos militares de los tres ejércitos junto a diversas y plurales organizaciones ha dado sus frutos. “Hubo un momento en el que las ONGs no podían distribuir los alimentos a las familias necesitadas, dado el estado de alarma”, señala uno de los jefes del operativo. Es ahí cuando, la conexión entre estas organizaciones y los hogares no pudo ser otra nada más que las Fuerzas Armadas.
“La sorpresa para algunos” -continua-, “era cuando veían aparecer en sus casas a dos soldados. La primera reacción era de sorpresa, la segunda de alivio”.
En ese sentido, en el más estricto orden castrense, ninguno de los mandos del operativo ha querido dar su nombre. Una labor encomiable, sorda y desinteresada.