Con la aprobación de celebrar elecciones anticipadas el próximo 12 de diciembre en Reino Unido se puede iniciar el desbloqueo de la crisis política suscitada por el Brexit y los constantes rechazos a los acuerdos por parte de Westminster. De ganar Boris Johnson, primer ministro británico, sería un espaldarazo a sus planes.
Se aprobó la propuesta con 438 votos a favor y solo 20 en contra y antes se votó, y rechazó, una enmienda del Partido Laborista para fijar la cita electoral el 9 de diciembre, además de “expandir el derecho al voto” a los británicos de 16 y 17 años de edad y los ciudadanos de la UE afincados en el país.
En contra, un portavoz del Gobierno había argumentado que la enmienda laborista suponía un retraso de seis meses y, en caso de aprobarse, el premier anularía la convocatoria de comicios.
La condición, por su lado, de Jeremy Corbyn, líder laborista, para consentir el anticipo electoral era que se descartara un Brexit desordenado. Al aprobarse por parte de la Unión Europea una nueva prórroga, el escollo quedaba eliminado.
Corbyn declaró que “estas elecciones son una oportunidad única para toda una generación de transformar nuestro país”. También anunció que su partido lanzará “la campaña más ambiciosa y radical para conseguir un cambio real”.
La Cámara de los Lores debe ahora ratificar la convocatoria de elecciones, algo que no supondrá problema alguno. Cumplido este trámite, todo el Parlamento británico quedará disuelto, previsiblemente, el 6 de noviembre.
Johnson cree que con un nuevo Westminster con mayoría conservadora permitirá que se apruebe su acuerdo con la UE y podrá ejecutarse el divorcio el 31 de enero. “Es hora de unir al país y conseguir el Brexit”, dijo ante el Comité 1922. Ese es su plan.