“Por favor, serenidad”, se alzó la voz de Landelino Lavilla pidiendo a los diputados que querían marcharse frente a un patético Tejero el día del golpe de Estado.
Una frase que no es más que el ejemplo de su carácter sereno, su ideología centrista y su posición moderada. Ha muerto, Landelino Lavilla, uno de los hombres más importantes de la transición democrática española.
Landelino Lavilla nació en Lérida, un 6 de agosto de 1934. Su carrera universitaria comenzó en Zaragoza donde inició sus estudios de Derecho. Años después, se trasladó a Madrid para finalizar la carrera de leyes. En Madrid conoció y tuvo un estrecho contacto con el cardenal Ángel Herrera Oria, fundador de la Editorial Católica.
En el año 1958 entró en el Cuerpo de Letrados del Tribunal de Cuentas. Y, al siguiente año, ingresó en el cuerpo de Letrados del Consejo de Estado. El Banco Español de Crédito le nombró secretario general con tan solo 27 años. Por su parte, la Editorial Católica nombró a Landelino Lavilla vicepresidente, hasta que finalmente, le convirtió en presidente.
Su carrera política comenzó en la Unión de Centro Democrático, siendo ministro de Justicia en los gobiernos de Adolfo Suárez (1976-1979). También fue presidente del Congreso de los Diputados durante la I Legislatura (1979-1982). Precisamente, en el terrible episodio del Golpe de Estado en España, Landelino Lavilla, ejercía de presidente de la Cámara baja.
Fue presidente de la UCD en 1982 y encabezó la lista electoral de la formación para las elecciones generales de ese año. Tras la derrota y la disolución de la UCD, Landelino Lavilla renunció a su acta de diputado. Pasando a formar parte del Consejo de Estado, gracias a Alfonso Guerra.
Intentó alcanzar la presidencia del Consejo General del Poder Judicial, en 1996, pero no lo consiguió. Posteriormente, en 2006, entró en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Además, era miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.