Los chalecos amarillos han vuelto a manifestarse en París en lo que denominan su Acto XLV en protesta por la reforma de las pensiones y contra cambio climático. El resultado de estas movilizaciones es la detención de 163 personas, según ha informado la Prefectura de la Policía parisina.
No obstante, “la calma reina en las calles de París” ha señalado Laetitia Vallar, aunque ha habido algunas “acciones espontáneas”. Alrededor de 7.500 agentes de policía se desplegaron el pasado sábado en la capital de Francia con vehículos blindados y se han cerrado 30 estaciones del metro de París, según informa al Didier Lallement, jefe de la Policía.
Varios puntos de la capital francesa fueron escenario de las concentraciones de los chalecos amarillos. Uno de ellos fue la plaza de la Madeleine. Allí los agentes de la policía dispersaron a alrededor de 300 personas. En la avenida Gobelins del Distrito XIII se han vivido disturbios y los bomberos intervinieron para apagar los incendios de barricadas.
Se ha sabido que entre los detenidos figura un capitán de policía fuera servicio que fue detenido por “insulto” y “rebelión” en los alrededores de los Campos Elíseos.
Gracias a los más de 1.250 controles montados por la Policía se han incautado un martillo, un mortero, bolas de petaca y “armas que no tienen cabida en manifestaciones autorizadas y pacíficas”.
Estas movilizaciones de los chalecos amarillos coinciden con las del Frente Obrero en Duroc y con una manifestación en los Jardines de Luxemburgo contra el cambio climático. El organismo independiente Occurrence ha contabilizado una participación en la marcha de alrededor de 15.200 personas.
Ésta contaba con el respaldo de Greenpeace y Juventud por el Clima. Sin embargo, varios individuos violentos vestidos de negro se infiltraron y las organizaciones hicieron un llamamiento a sus simpatizantes para que abandonaran la marcha.