La voz de las necrópolis. Los habitantes del Civil. Teodomiro Menéndez Fernández

La voz de las necrópolis. Los habitantes del Civil. Teodomiro Menéndez Fernández

Por Paloma Mª García Zúñiga.
29 de julio de 1978. Se cumplen 40 años del entierro en el cementerio Civil del Este (El Jardín de la Libertad) de TEODOMIRO MENÉNDEZ FERNÁNDEZ.
Teodomiro nació en Oviedo el 25 de julio de 1879, El deseo de sus padres era convertirlo en sacerdote, pero las ideas sociales de Teodomiro le llevaron a ingresar en el PSOE y ser uno de los fundadores de las Juventudes Socialista de Oviedo en 1904.
Comenzó a trabajar muy joven en la Fábrica de armas de la Vega-Oviedo. Su profesión fue Agente comercial. Afiliado a UGT, ostento diversos cargos y representación en el mismo.
En 1911 fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Oviedo. Cargo que repitió en tres ocasiones llegando a ser Teniente de Alcalde y Presidente de la Comisión de Presupuestos.
En 1912 se inició en masonería perteneciendo a la logia “Jovellanos nº 337” de Gijón. Eligió el nombre simbólico de “Europa”.
En 1916 Diputado a Cortes, primero por Gijón, después por Oviedo.
En 1917 fue responsable de la organización de la huelga de ferroviarios de Asturias. La huelga fue aplastada por el ejército y Teodomiro fue detenido y encarcelado, la primera encarcelación de las dieciséis que sufriría.
En 1921 fue vocal del Comité Nacional del PSOE representando a Asturias.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, encabezó junto a Indalecio Prieto la postura contraria a la colaboración con la Dictadura de la UGT y del PSOE
Durante la segunda república, y siendo diputado fue subsecretario de Obras Públicas y director de Puertos. Fue Teodomiro quien proyecto en esa etapa los enlaces ferroviarios de Madrid. Durante las legislaturas 1931-1933 y 1933-1936 formó parte de la Comisión de Actas, de la de Responsabilidades y de la Guerra. Vocal del Grupo parlamentario Socialista de 1931 a 1932.
En 1934, es apresado por las tropas marroquíes por participar en la huelga de octubre, condenado a muerte y a indemnizar al estado con cien millones de pesetas. Detenido y esposado le obligaron a pasar entre dos cordones de moros dirigidos por el coronel Yagüe, siendo molido a culetazos. No fue la única tortura. Por ello saltó desde un quinto piso, intentando un suicidio que le liberara de las torturas.
En las navidades de 1935, José Antonio Primo de Rivera le envió una caja de botellas de champán a la cárcel con una nota que le indicaba que “aunque fueran contrarios en ideas, una persona como él no podía ser olvidado en esas fechas”.
En febrero de 1936 es liberado, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones.
En 1936 fue miembro del Tribunal de Cuentas del Estado. Durante la guerra civil participó en el bando republicano y fue director de la Oficina Nacional del Aceite en Barcelona.
Y fue en Barcelona donde murió su compañera. Para mayor tristeza, una bomba destrozó su sepultura “Todavía después de muerta una bomba alemana habría de expulsarla de su tumba del cementerio de Barcelona”.- Zugazagoitia
En 1939, finaliza la guerra, se exilia en Francia. En 1940, en Burdeos es apresado por los nazis, devuelto a España con otros apresados y entregado a Franco, de nuevo, es condenado a muerte. De este grupo de presos, sus compañeros Julián Zugazagoitia y Cruz Salidos si fueron ejecutados.
A Teodomiro le conmutaron la pena de muerte por 30 años. Tras permanecer diez años encarcelado, en 1950 quedó en libertad vigilada.
Desde esa fecha formó parte de la quinta Comisión Ejecutiva del PSOE clandestina en el interior.
Falleció el 28 de julio de 1978, pocos días después de haber cumplido 99 años.
Teodomiro, dedicó su vida a la política en una situación en la que defender las ideas se pagaba con la cárcel o incluso con la vida ¡que noble profesión la de querer construir una sociedad mejor!. Aunque ya en aquella época ya había políticos de los que ahora nos sobran. En una intervención parlamentaria Teodomiro proclamó: “Yo tengo la ventaja sobre casi todos los oradores que han hablado, de que no tengo una historia retrospectiva de relaciones, de gratitudes, ni de afectos, ni de nada; lo cual me pone en condiciones de decir toda la verdad”.
No dejemos en el olvido a personas como Teodomiro.
¡Qué nuestra sombra se empape de su ejemplo!

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