La peor noche fue cuando la policía utilizó gases lacrimógenos.
De este modo recibió el equipo de Protección de Fronteras estadounidense a un grupo de 150 migrantes en Tijuana antes de que, incluso, intentarán asaltar la verja.
25 inmigrantes fueron detenidos y la policía trataba de explicarse, diciendo que usaron la violencia en defensa propia. En cambio, algunos testigos niegan que los migrantes atacaran y afirman que se trató de una acción de brutalidad desmedida.
En noviembre se produjo otro incidente parecido cuando un grupo intento cruzar a Estados Unidos. México pidió al gobierno estadounidense que abriese una investigación por los hechos sucedidos. La inseguridad es grande entre los migrantes, más aún después de que dos menores murieran cuando estaban bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.