Los tres se encontraron en el camino porque iban detrás de la estrella de Belén, dice alguna tradición.
Más de 2.000 años contemplan la tradición de los Reyes Magos, una costumbre que solo se celebra en 23 países y que solo es mencionada en el Evangelio según san Mateo. En él se dice que unos Magos visitaron a María con motivo del nacimiento de Jesús. Poco más.
Sin embargo, la tradición ha hecho cada vez más extensa y detallada la historia de los tres Reyes Magos. Así, Melchor era un rey anciano y europeo de larga barba blanca que fue el primero en ver la estrella. Gaspar era un rey asiático y de larga barba castaña y considerado como un hombre de gran inteligencia. Por último, Baltasar era un rey africano que también tuvo interés por la estrella.
Cada uno llevaba un regalo para el niño recién nacido: oro, propio de reyes, incienso, un aroma que solo se ofrecía a las divinidades, y mirra, una sustancia con la que se ungían los cuerpos de las personas que morían, tratando, así, de explicar que Jesús también era hombre y que habría de morir para redimir a la Humanidad.
Según alguna tradición, los tres Reyes se encontraron por el camino, ya que iban detrás de la estrella de Belén que los guió hasta el pesebre. Jesús les concedió el don de la inmortalidad y la posibilidad de repartir regalos a todos los niños del mundo una vez al año.
Sea cual sea el origen, del que ya hablamos con más detalle hace justo un año en Diario Progresista, y seguiremos hablando, hoy millones de niños habrán recibido regalos de los tres Reyes Magos.