La ultraderecha en Suecia se consolida como fuerza emergente

La ultraderecha en Suecia se consolida como fuerza emergente

Los dos grandes bloques empatan.
Ayer se celebraron elecciones en Suecia y el ultraderechista Demócratas Suecos irrumpe en la primera línea del escenario político del país escandinavo.

Al cierre de estas líneas, con el 99,5% de los votos escrutados, el partido socialdemocrata ha sido el más votado al obtener casi el 29% de los votos, el peor resultado de su historia. Junto a sus aliados de izquierdas habrían logrado el 40,6% los sufragios, que se traduce en 144 escaños de los 349 que conforman el Riskdag -Parlamento-.

Por su parte, la Alianza de derechas -moderados, centro, liberales y democratacristianos- suman el 40,3% de las papeletas: también 143 diputados. Así, ambos bloques han conseguido reducir las posibilidades de gobierno de los ultraderechistas, que, sin embargo, consolidan su tercera plaza y consiguen 62 asientos.

Ulf Biereld, politólogo en la Universidad de Gotemburgo y socialdemócrata, admite que “la socialdemocracia ha disminuido y los partidos populistas nacionalistas de derechas han aumentado en fuerza en la mayoría de los Estados occidentales”.

De continuar en esta línea el escrutinio, Suecia volvería a manos de las formaciones conservadoras, con el agravante de que Demócratas Suecos podrían convertirse en la llave para gobernar.

Tanto socialdemócratas como moderados han perdido votos a favor de la ultraderecha. Torbjörn Larsson, de la Universidad de Estocolmo, concluye: “Los perdedores parecen ser los dos grandes partidos, socialdemócratas y conservadores. Algo parecido a lo que ocurrió en Alemania”. «Ambas corrientes han estado discutiendo sobre agendas tradicionales sin ofrecer ningún debate nuevo, y el resultado ha sido un traslado de votantes hacia los xenófobos Demócratas Suecos”. Han aumentado casi un 5% desde 2014. De un 12,9% al 17,6% de ayer.

Los dos grandes bloques habían impuesto a los xenofobos un cordón sanitario con el fin de evitar que alcanzaran el poder. A pesar de su empate técnico, han logrado contener el ascenso de una ultraderecha que predica “Suecia para los suecos”.

Con estos resultados se presentan tan solo dos opciones. Por un lado, gobernar en minoría con una oposición poderosa. Por otro, establecer acuerdos puntuales en los que sí se debería contar con los Demócratas Suecos.

Se repite el mismo escenario que sucedió en Noruega, Dinamarca y Finlandia, con el Partido del Progreso, el Partido Popular Danés y los Verdaderos Finlandeses, respectivamente.

Jimmie Akesson, el líder xenófobo, ha advertido que su respaldo, como mucho a la alianza de derechas, tiene un precio.

Según Larsson, esto podría romper la alianza conservadora, puesto que los liberales y el centro se niegan a pactar con la ultraderecha.

Philip Botström, líder de las Juventudes Socialistas suecas, es optimista, pese a admitir el ascenso de la derecha. “Lo hemos hecho muy bien en campaña. Si los Demócratas Suecos llegan a tener algo de poder, sus votantes se sentirían decepcionados. No tienen agenda más allá de generar miedo”.

La inmigración ha sido el eje de toda la campaña electoral. Para la ultraderecha ha sido su punta de lanza y prácticamente su único argumento electoral, con consignas alarmantes como demasiada gente, demasiado gasto, demasiado peligro para la sociedad sueca. Por su parte, los socialdemócratas han querido concentrarse en el Estado de bienestar. Stefan Löfven, primer ministro sueco, hacía hincapié en cada debate: “Las elecciones de hoy son un referéndum al bienestar”.

Y hacía bien en sus planteamientos. La empresa de análisis Kantar Sifo señala que la primera preocupación en Suecia en estas elecciones era la Sanidad y después la Educación. Pero lo cierto es que “la sanidad no mueve votantes, la inmigración sí”, dice un experto de esta empresa.

Ahora, los siguientes pasos. Los líderes más votados serán llamados por el presidente del Parlamento para encomendar a uno formar un gobierno. Lo previsible es que se encargue este cometido a Ulf Kristersson, el lider de los Moderados.

El candidato deberá ser aprobado por los representantes en la Cámara. Hasta en cuatro ocasiones se podrá someter a votación para obtener su confianza. Si no lo consigue, el presidente del Parlamento volverá a llamar a consultas y, si se rechaza otra vez, se convocarían elecciones anticipadas.

“Pronto sabremos en qué tipo de desastre nos encontramos, algo nuevo para los suecos”, vaticina Larsson. “Habrá un largo camino antes de tener un gobierno”, augura, por su parte, la profesora Demker, “y creo que, a pesar de todo, la solución más probable es que el bloque más grande, ya sea de centro derecha o de centro izquierda, podrá gobernar con el apoyo del otro”.

1 thoughts on “La ultraderecha en Suecia se consolida como fuerza emergente”

  1. Desastre que se avecina. Amenazan por todos los flancos. Puede que el descontrol en la sociedad, la excesiva permisividad, escondida tras la libertad de expresión y manifestación, nos esté llevando a una anarquía, y esto último no gusta a nadie. Un estado sin control.

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