La muerte de Nakasone, el mítico ex primer ministro de Japón

La muerte de Nakasone, el mítico ex primer ministro de Japón

A la edad de 101 años, falleció ayer Yasuhiro Nakasone, el que fue primer ministro de Japón entre 1982 y 1987. Fue el principal aliado en el sureste asiático de Ronald Reagan, ex presidente de Estados Unidos, y de Margaret Thatcher, ex primera ministra de Reino Unido, durante los últimos años de la Guerra Fría.

Llegó a decir que el territorio nipón sería el “portaviones” insumergible para las tropas estadounidenses en caso de un conflicto armado con la todavía Unión Soviética.

Entre sus propuestas, fallidas, intentó reformar la Constitución pacifista con la que Japón se dotó tras la Segunda Guerra Mundial. Shinzo Abe, actual primer ministro, también lo ha intentado. Nakasone quiso realizar reformas internas, pero se encontró con la fuerte oposición de los burócratas del país.

En el terreno económico, se inclinó claramente hacia el neoliberalismo y pretendió la privatización de sectores estratégicos de la economía nipona, como los transportes y las telecomunicaciones.

Su fuerte carácter conservador en lo moral le llevó a intentar realizar reformas en el sistema educativo para que se basara en la disciplina tradicional y en la moral puritana. No lo logró.

Nakasone fue el primer dirigente japonés en visitar oficialmente Corea del Sur, en 1983, para rebajar las tensiones con su vecino regional en un país que fue brutalmente colonizado entre 1910 y 1945 por el imperio del Sol Naciente.

Siempre polémico por su marcada ideología excesivamente conservadora, recibió duras críticas de la comunidad internacional en 1986 por unos comentarios racistas al decir que la media de inteligencia de Estados Unidos había caído por debajo de la japonesa a causa de las comunidades negra y latina en ese país.

Ese mismo año, en cambio, revalidó su mandato tras su aplastante victoria en las elecciones. En cambio, debido a sus conexiones en un caso de corrupción y tráfico de influencias, dimitió en 1989, aunque volvió al partido dos años después.

14 años después, ya con 85 años, fue denostado junto a otros veteranos del Partido Liberal Democrático por el impulso que Junichiro Koizumi, primer ministro entonces, quiso dar a la formación para rejuvenecerla.

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