Solo asistieron los familiares de 18 de los fallecidos.
43 víctimas mortales es el balance definitivo de la catástrofe del derrumbe del puente Morandi en Génova. Ayer, en cambio, la gran mayoría de las familias de los fallecidos optaron por no acudir a los funerales de Estado por considerarlo una “pasarela de políticos”, toda vez que los expertos achacan al mal mantenimiento de la estructura la causa de la tragedia y, por tanto, responsabilidad del Gobierno, a pesar de que la vía estaba bajo la concesión de Autostrade per l’Italia.
La misa fue oficiada por Angelo Bagnasco, cardenal y arzobispo de Génova, pero también por Salah Hussein, imán de esta ciudad, puesto que entre los fallecidos había dos albaneses de religión islámica. “El puente no sólo era un tramo importante de autopista, sino un camino cotidiano y necesario de muchos, una arteria esencial de la ciudad. Pero Génova no se rinde”, dijo monseñor Bagnasco en la homilía, para luego agregar que “se necesita justicia, aunque esto no pueda borrar la tragedia”.
Mattarella: “Es una tragedia inaceptable”
A las 11:30 de ayer sonaron al unísono las campanas de todas las parroquias de la archidiócesis genovesa. Sergio Mattarella, presidente de Italia, declaró a los medios que “ha sido una tragedia que ha afectado a muchos, a nuestro país en su conjunto. Yo también he recorrido ese puente muchas veces, incluso recientemente. Es una tragedia inaceptable”. “Nos encontramos ante momentos”, continuó, “de dolor compartidos por todo el pueblo italiano y que demuestra su unidad ante este estado de ánimo. El país, unido, hace más fuerte la búsqueda de una verdad que habrá que alcanzar con rigor. Ahora es el momento de la cercanía hacia los familiares, los heridos y los desalojados”.
A la ceremonia también acudieron el primer ministro Giuseppe Conte, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, vicepresidentes del Gobierno, así como otras autoridades, entre ellas, Maria Elisabetta Casellati, presidente del Senado italiano, y Roberto rico, presidente de la Cámara de los Diputados entre otros, además de personalidades internacionales, como Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo. También acudieron los dos equipos de fútbol de la ciudad, el Genoa y la Sampdoria, y equipos de Protección Civil y bomberos, que fueron recibidos entre aplausos.
Autostrade
Directivos de la empresa concesionaria anunciaron la creación de un fondo para los damnificados con una cuantía inicial de 500 de euros gestionados por el Ayuntamiento de Génova, con el fin de ayudar a las personas desalojadas de sus casas. Asimismo, aseguraron que se reconstruirá un nuevo puente de acero en ocho meses. Giovanni Castelucci, consejero delegado de Autostrade, señaló: “Queremos hacer y haremos todo lo que sea posible para aliviar el sufrimiento de la ciudad. No queremos hablar de costes, es más relevante el aspecto técnico. Estamos trabajando ya para la reconstrucción y contar gastos no es nuestra prioridad”.
La compañía concesionaria de la autovía se enfrenta a la apertura de un procedimiento para retirarle la concesión por parte del Gobierno italiano, aunque esto puede suponer al Estado un coste de 20.000 millones de euros puesto que el contrato tiene vigencia hasta 2038. El Ejecutivo la considera responsable del accidente, a pesar de que, según el consejero delegado de la empresa, “todos los informes que habían hecho mostraban que estaba bien”.