“La España fracturada”, por Francisco Estepa Vílchez.

Francisco Estepa Vílchez.

Estos días hemos visto como la estrategia del PP es presentar a España como un “Estado fallido” y tal vez se deba a la falta de formación de sus dirigentes sobre lo que son los estados fallidos, despreciando el trabajo de estos más de 40 años de Democracia. ¿Alguien pone en duda que en España, los gobiernos progresistas han intentado impulsar políticas de igualdad? Yo no lo pongo en duda, pero mi conclusión a día de hoy es que han sido poco ambiciosas o incluso, a veces, contraproducentes. Cuando hablo de igualdad me refiero a igualdad de género, de oportunidades y de trato, lo que abarca un amplio espacio que permite ver las diferencias entre políticas progresistas y políticas conservadoras en la cohesión social de España.

Se ha legislado mucho para avanzar en los derechos de las mujeres, lo que ha beneficiado a la igualdad de género, sin duda, aunque todos los avances están en peligro ante la “mano dura” de VOX y con la aprobación del Partido Popular, al que llaman la “derecha blandita”. Otra cuestión que afecta a la IGUALDAD de oportunidades y trato, está relacionada con la vida laboral, en la que también las políticas progresistas están centradas en proteger a la mujer frente a una cultura que generalmente la relega frente al hombre. Luchar por la equiparación salarial entre hombres y mujeres es un objetivo progresista y de justicia. Pero, ¿acaso nos estamos olvidando de la brecha que existe entre los trabajadores autónomos, asalariados en el sector privado y los empleados del sector público? ¿No es patente que existe una gran diferencia entre Españoles, según cómo te ganes la vida y no sólo por tu sexo?

Espero que algún día, la elección del trabajo no dependa de las oportunidades para pagar una matrícula universitaria o una academia para unas oposiciones o de la necesidad de hacerse autónomo para poder ser subcontratado por alguna gran empresa o administración que externaliza servicios que son estructurales. No tenemos más que ver la situación de muchos profesionales sanitarios encadenando contratos durante años en el mismo puesto de trabajo o trabajadores autónomos de lunes a domingo para llegar con dificultades a final de mes o a personas que sólo pueden trabajar en la economía sumergida y que son explotadas.

Yo no tengo la solución, desde luego, pero sí que veo lo injusto del escenario que tenemos hoy en España y me duele, personalmente, me duele ver la gran brecha salarial o como después de 30 años trabajando y sin parar de estudiar, al igual que miles de personas en mi país, los mayores nos vemos fuera del mercado laboral que desprecia la experiencia y prima las subvenciones para incorporar nueva mano de obra joven, deseando trabajar para independizarse de sus padres y empezar a consumir y seguramente contratar una hipoteca con algún banco. Las políticas de apoyo por colectivos desfavorecidos son contraproducentes cuando benefician a unos a costa de otros, porque así no seremos una país unido y cohesionado socialmente. Pienso que es un error creer que para salvar a unos, hay que dejar ahogarse a otros, porque todos somos importantes y todos tenemos familia. España no es un Estado fallido y no creo que corra ningún peligro la unidad territorial, pero tal vez la fractura social sí que esté abriendo el camino a quienes la aprovechan para dividir a los españoles y poner en peligro nuestra Democracia y nuestras libertades.

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