La empresa española Zara se convierte en referente de gestión y de éxito en todo el mundo

Francisco Villanueva Navas.

Por Francisco Villanueva Navas · @FranciscoVill87
Economista y periodista financiero.
Hay veces que los españoles no sabemos o no queremos sentir el orgullo de pertenecer a una sociedad en la que se puede triunfar al puro estilo estadounidense de una forma clara y nítida.

La historia de la empresa textil Zara creada por Amancio Ortega es el buque insignia de gestión empresarial que se estudia como referente de éxito en muchas universidades de economía del mundo.

Zara es una cadena de tiendas de moda española con sede en La Coruña perteneciente al grupo Inditex fundada por Amancio Ortega. Es la cadena insignia de la empresa y está representada en los cinco continentes, con más de 7.000 establecimientos repartidos por todo el mundo. De todas ellas, 1.787 tiendas están situadas en España (2017). Zara obtuvo el primer puesto en el ranking de las Mejores Marcas Españolas 2017, publicado por la consultora estratégica de marca global Interbrand. Zara fue reconocida como la marca más valiosa de España, por encima de Telefónica y del Banco Santander.

Se casó la hija de Amancio estos días, dueño de Zara y la séptima fortuna del mundo. Es la única de la familia que trabaja en la empresa. Y no es jefa, es directiva ejecutiva y gestora. Las revistas y los programas de TV del corazón en España tienen, durante estos días, material suficiente: el enlace de Marta Ortega, la hija y probable heredera del fundador y dueño de Zara, Amancio Ortega. Su flamante esposo es Carlos Torretta, un manager de modelos y también proveniente de una familia vinculada a la moda y al jet-set ibérico: su padre Roberto, argentino, es uno de los más conocidos diseñadores.

Pese a tratarse de “la boda del año”, cumplió también con aquellas reglas de oro que rigen cada movimiento en la compañía de Ortega: discreción y exclusividad. Por supuesto, se dieron todos los gustos, para ellos y sus 400 invitados. Primera celebración en el Club Náutico de La Coruña, base de Zara, y velada final en el Club Hípico, recitales de Norah Jones y Chris Martin, DJ Mark Ronson, Ferrán Adriá en la preparación de los menús, el ramo de Thierry Boutemy. Y fotos “oficiales” por uno de los reyes de las imágenes de moda, el alemán Peter Lindbergh. Marta suele lucir los modelos de su propia marca y, de hecho, en los últimos tiempos fue la que adelantó varios de los lanzamientos. Pero esta vez apareció con un Valentino.

Aunque su padre se alejó formalmente de la conducción de la empresa hace cinco años, ahora el jefe ejecutivo es Pablo Isla, sigue intensamente vinculado. Marta Ortega, de 34 años, trabaja “como una más” entre los cinco mil empleados de Inditex en La Coruña, donde ficha cada mañana, cumple horario y ni siquiera tiene escritorio. Almuerza con el ticket de descuento que la misma empresa les concede a todos los colaboradores e integra un grupo de cinco personas en la sección “Mujer” de moda y tendencias del mercado de la moda en la que ella ni siquiera es la jefa.

Pero no hay dudas de que eso forma parte del proyecto de herencia. Amancio Ortega tuvo dos hijos de su primer matrimonio con Rosalía Mera: Marcos y Sandra. Pero Marta, hija del segundo matrimonio (con Flora Pérez) fue quien se involucró en la compañía, después de cursar estudios en Suiza y en el Reino Unido. Empezó “doblando camisas” y luego trabajó en tareas simples en distintos países China, Francia, Italia. El padre, también, le dio alas a su vinculación con el deporte y construyó el Centro Hípico Casas Novas, a 20 kilómetros de La Coruña. Es un predio de 70.000 metros cuadrados que, apenas inaugurado, recibió los más importantes concursos internacionales de equitación. Fue también, a través de la hípica, que Marta Ortega conoció a quien sería su primer esposo y padre de su hijo Amancio (5 años), Sergio Álvarez. Un matrimonio que se disolvió pronto.

Desde entonces, ella se concentró en su reducto de La Coruña y apareciendo con frecuencia en los medios, sin quebrar las normas de discreción de Zara, pero aportando una imagen renovada. Su padre, hoy de 82 años, posee la séptima fortuna del mundo, estimada en 70.000 millones de dólares, dentro del club exclusivo que suele difundir Forbes (en algún momento estaba primero) y que lideran los archifamosos Jeff Bezos (112.000 millones de dólares), Bill Gates, Warren Buffet, Bernard Arnault y Mark Zuckerberg. Solamente en el primer semestre de este año, las ventas globales de Zara alcanzaron los 12.000 millones de euros con beneficios récord de 1.409 millones, un crecimiento del 3% sobre el período anterior, aunque bajó su cantidad de locales. Zara, o su firma regente Inditex, constituye hoy la mayor textil del mundo, abarcando 150.000 empleados, con 7.400 locales en 88 países. Zara, además, se consolidó entre los principales retailers del mundo de ropa, en una lista que lidera Walmart y elabora Deloitte.

Si bien se trata del eje de su negocio, cuentan también con participación en la decoración (Zara Home), otras marcas de indumentaria para distintos segmentos (como Massimo Dutti) y, un fuerte emprendimiento, Ponta Gadea, compañía inmobiliaria que ya se posicionó entre las más pujantes de España.

La expansión de Zara es objeto de estudio en las universidades de Economía y dio lugar a más de 20 libros. No es poco para quien, entre escasas filtraciones y leyenda, llegó como un humilde empleado de una camisería y luego mercería a La Coruña. Hijo de obreros y nacido en León (1936), se cuenta que Amancio Ortega sintió la vocación de emprendedor después de un momento humillante, cuando en un negocio le negaron un préstamo a su propia madre. Junto a su mujer Rosalía, se alejaron de aquellas tiendas a principios de los 60 para fundar su propio taller, Goa, que fue la génesis de Zara, empresa que surgió formalmente en 1975 y cuya expansión internacional se concretó a comienzos de los 90.

Amancio Ortega rehúye a los flashes, las entrevistas y las fotos, rara vez aparece en los medios. Su hija parece en otro perfil, aunque sin quebrar aquella tradición. Y fue quien le organizó la celebración sorpresa por sus 80 años, en las puertas de Inditex, en La Coruña: un flashmob con la participación de miles de empleados. Para ese momento, las riendas de la compañía, al menos en el día a día y en la fase ejecutiva, ya estaban en manos de Pablo Isla, un hombre hoy de 53 años y que fue elegido en 2017 como “Ejecutivo del año” por el Harvard Business Review.

Isla sí aceptó una entrevista allí y calificó su trabajo como “el más fascinante que se pueda encontrar”. No sólo tiene la misión de mantener aquella expansión, sino de afirmarla. Una de sus “joyas” es la tienda en Milán, en la galería Emmanuel, con los mayores adelantos tecnológicos (como un dispenser robot para la entrega de pedidos) y mayor ahorro energético, es el modelo que proyectan llevar a todo el mundo hacia el 2022.

En definitiva se trata de una historia de éxito empresarial español en una tierra como es Galicia, en la que parece muchas veces imposible el romper y crecer. Es muy loable semejante éxito de un pequeño negocio de costura que se ha convertido en una multinacional a la altura de Apple o de los grandes bancos internacionales. Admirable, respetable y, ante todo, una historia de éxito del emprendimiento al puro estilo español.

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