La dureza de la Unión Europea desbarata los planes independentistas de Catalunya

Francisco Villanueva Navas.

Por Francisco Villanueva Navas • @FranciscoVill87
Economista y periodista financiero.

Los nacionalistas catalanes no encontrarán ningún apoyo en Europa. Durante meses repitieron que «la UE es pragmática» y que en cuanto declararan la independencia serían reconocidos. Pero este viernes sólo escucharon una fuerte repulsa. También EE.UU. se sumó a la crítica y el apoyo a Madrid. La simpatía internacional que habían conseguido por las imágenes de la policía española impidiendo por la fuerza la consulta del 1 de octubre quedó en nada cuando las cancillerías europeas se posicionaron.
Las instituciones de la Unión Europea rechazaron a coro la declaración de independencia votada en el Parlament. Bruselas lleva semanas advirtiendo contra ese movimiento unilateral y dejando claro que una Cataluña independiente quedaría fuera del bloque. La mayoría de los comunicados añadían además su apoyo a las medidas que tome Madrid.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que «nada cambia para la Unión Europea» y que «España sigue siendo nuestro único interlocutor». Tusk pidió al gobierno de Mariano Rajoy que prime la fuerza de los argumentos sobre la fuerza.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que «respeta todas las decisiones que tome el gobierno español». Esa declaración es el visto bueno europeo a la suspensión de la Autonomía catalana que decretó el gobierno español tras recibir la autorización del Senado. Juncker añadió que «la UE no necesita más grietas, más fracturas».
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, dijo que «la declaración de independencia es contraria al estado de derecho, a la Constitución española y al Estatuto de Autonomía de Cataluña, que son parte del ordenamiento legal de la Unión Europea. Nadie en la UE va a reconocer esa declaración».
Angela Merkel publicó un comunicado rechazando «la declaración de independencia unilateral del parlamento regional». El gobierno alemán «apoya la clara postura» del español, defiende «el orden constitucional» y «la soberanía e integridad territorial de España». El comunicado añadía la preocupación «derivada de la declaración anticonstitucional del parlamento catalán». El presidente francés Emmanuel Macron ofreció todo su apoyo a Rajoy. «Nuestro único interlocutor con España es Rajoy. España es un estado de derecho con reglas constitucionales. Rajoy quiere que se respeten y tiene todo mi apoyo».
Londres tampoco dio esperanzas a los nacionalistas. Un portavoz de la premier Theresa May dijo que el gobierno británico «no reconoce y no reconocerá la declaración unilateral de independencia hecha por el parlamento regional catalán. Queremos respeto a la Constitución y a la unidad de España». Londres recordó que la declaración de independencia «está basada en una votación que fue declarada ilegal por los tribunales españoles». Italia tampoco aceptó la declaración catalana. El canciller Angelino Alfano dijo que la decisión del Parlamento catalán era «gravísima» y que el gobierno italiano «la condenaba».
Para la OTAN, «la cuestión catalana es un asunto interno que debe resolverse dentro del orden constitucional español». El comunicado de Washington, a su vez, rechaza la procalama y reitera su apoyo a Madrid: «Cataluña es parte integral de España y EE.UU. apoya las medidas constitucionales del gobierno español para mantener España fuerte y unida».
El único gobierno que mostró cierta equidistancia fue el belga. El premier Charles Michel, que se sostiene en el poder con apoyo del nacionalismo flamenco, pidió diálogo sin entrar a valorar la ilegalidad de la declaración catalana.

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