“La doble vara”, por Francisco Estepa Vílchez.

Francisco Estepa Vílchez.

Ante las derrotas electorales, es cuando se demuestra la madurez democrática de los políticos, sobre todo cuando es la derrota del oponente la que nos da la victoria y que cada uno analice esta reflexión a su manera. Aceptar los resultados de unas elecciones libres y transparentes, como las que celebramos en España desde que desapareció la dictadura, es lo normal para quienes creemos en la voluntad de la mayoría, frente a quienes solamente defienden los resultados como legítimos cuando le son favorables. Cada vez que la derecha gana unas elecciones, pese a las críticas ideológicas, el Partido Socialista nunca ha puesto en duda la legitimidad de los resultados.

Es curioso cómo Pablo Casado tachaba de ilegítima la victoria de Pedro Sánchez, llegando a presentar VOX una moción de censura en el Congreso de los Diputados, frente a la defensa que hacen ahora de los resultados electorales en una de las 17 comunidades autónomas, intentando imponer al resto de España los resultados de Madrid con esa mentalidad centralista y nacional patriótica de la derecha más rancia. Una falta de respeto al resto de comunidades autónomas, que a algunos les gustaría que desaparecieran.

Algo estará pasando en Madrid para que ya no se hable de la herencia de corrupción de décadas del PP y en su lugar se repitan machaconamente los ataques incluso personales contra un Presidente del Gobierno que está gestionando la peor crisis de las últimas décadas para la que ha pedido 140.000 millones a Europa, sustentado en la voz de las urnas, una voz que sólo le gusta a la derecha cuando le es favorable.

Cuando escuché la noche del pasado martes a un dirigente del PP criticar la marcha de Pablo Iglesias y su casa en Galapagar, me acordé de todos esos políticos del PP que ya han salido de la política y de los que aún continúan, como el Presidente de la Junta de Andalucía, que recibían sobresueldos o sobres con dinero negro en metálico de Luis Bárcenas. Del Jaguar, las bolsas de dinero escondidas en el altillo o las cuentas ocultas de esos del PP, ya no quieren hablar y ahora satanizan a los oponentes políticos. La diferencia es que el dinero de Iglesias es lícito y el los políticos corruptos del PP no lo es.

He de confesar que el señor Iglesias nunca ha tenido mi confianza y que personalmente creo que ha hecho más por la movilización y el fortalecimiento de la derecha y la extrema derecha, que por sumar en la izquierda. Quizás él ha sido el fantasma que la derecha llevaba esperando tantos años para justificar a los jóvenes del siglo XXI el golpe de estado del 36. La crispación y la provocación que acompañan al señor Iglesias, me cuesta que creer que vayan a desaparecer, primero porque a PP y VOX les es muy rentable electoralmente y en segundo lugar porque creo que Iglesias está más cómodo haciendo discursos y cobrando en tertulias, que trabajando desde un despacho para resolver problemas reales de la gente. Ya veremos.

La estrategia del PP siempre ha sido atacar al candidato oponente. Lo hizo con González, Zapatero, Rubalcaba y Sánchez… igual que a Pablo Iglesias, pero el fundador del PSOE, que también sufrió los ataques de la derecha hace un siglo. Esta vez, en Madrid no han atacado al candidato Gabilondo y en su lugar han seguido atacando al verdadero oponente del PP que es el Presidente Sánchez, con la novedad de hacerlo en nombre de la “libertad” y la coartada del peligro de Paglo Iglesias, pero el fundador de Podemos.

Si el PSOE no hace algo pronto, el PP seguirá con su estrategia de destrucción del oponente y ahora sin Pablo Iglesias, ya sólo queda Pedro Sánchez, al que seguirán denostando y sin ofrecer avances en el estado del bienestar, recortando servicios públicos y derechos allá donde gobiernen. En Andalucía también lo harán con quien esté dispuesto o dispuesta a defender a los andaluces del Gobierno de los enchufados exprés y la bajada de impuestos a los que más tienen.

Si miramos atrás en estos 10 años, vemos muy pocos avances sociales y los pocos que hay se han conquistado gracias al Partido Socialista. El PP cargado de corrupción estructural, junto con Ciudadanos y las mareas del 15M, poco han aportado al progreso y al bienestar de los españoles, que venimos sufriendo muchos años de crisis y retrocesos en derechos, como la reforma laboral del PP o los 100.000 millones que pidió a Europa para rescatar a la banca y que estamos pagando las clases trabajadoras.

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