“La discapacidad no hace difícil la vida, son las barreras de la sociedad”, por Antonio Abarca.

Antonio Abarca.

La capital tiene que repensar un futuro accesible. Si en los 50-60 fue una ciudad de acogida, ahora tiene el reto de adaptarse a una realidad diferente, la accesibilidad.

Madrid es los tres millones largos de vecinos más otro millón de personas que vienen diariamente a trabajar, comprar, gestionar, divertirse… y diez millones de visitantes que, repartidos a lo largo del año, buscan disfrutar de alguno de los muchos y diversos atractivos de la ciudad. Madrid no solo es una gran metrópolis dinámica, diversa y desequilibrada, es el centro de una gran región urbana con más de seis millones de habitantes.

Como toda gran ciudad tiene su futuro marcado por grandes retos y quizás el más importante sea volver la mirada hacia las personas. El 4 de diciembre de 2017 finalizó el plazo de cuatro años para que todos los entornos, productos y servicios de nuestro país sean accesibles para las personas con discapacidad. Pero lo cierto es que la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, aprobada por Real Decreto Legislativo en 2013, no se cumple.

Las personas con discapacidad se enfrentan a obstáculos diarios desde que salen de casa bordillos sin rebajar, semáforos sin adaptación sonora, comerciantes insolidarios que ponen sus productos ocupando la vía pública, arboles que levantan las aceras, alcorques vacíos y un largo etcétera.

El Madrid accesible para todos no se limita a la eliminación de barreras físicas, sensoriales o de la comunicación, sino que tiene que tener por finalidad lograr que los madrileños puedan disfrutarlo en igualdad de condiciones por cualquier persona con o sin discapacidad.

Por eso, como dice un gran amigo, Antonio Miguel Carmona, debemos conseguir un Madrid accesible, un Madrid para todos. Hace 4 años, juntos, luchamos por defender los derechos de Mayte Corbacho, ambos tenemos el mismo tesón y testarudez, en dos meses, nuestra querida Mayte, podía salir de casa e integrarse en nuestra sociedad con total normalidad. Conseguimos unir el trabajo municipal de Carmona con el tejido asociativo y sumándole una rápida resolución favorable del Defensor del Pueblo, la obra fue todo un éxito.

Madrid necesita, una actualización y ejecución de sus ordenanzas y de la legislación en materia de accesibilidad, junto con su régimen disciplinario, mermando la “culpa in vigilando” de las autoridades públicas. Pero lo que más se necesita, es concienciación de que todos somos iguales, y de que tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones.

«La discapacidad es la capacidad extraordinaria de ser capaz»

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