La comida en la que los barones del PP le plantaron cara a Casado

La comida en la que los barones del PP le plantaron cara a Casado

En el Comité Ejecutivo Nacional, los barones del PP que reclamaron de Pablo Casado, presidente de los populares, una vuelta a la moderación se arrogaron la mejora de los resultados en las elecciones municipales y automáticas celebradas el pasado domingo, gracias al cambio de estrategia y el giro al centro que demandaban. Tras la debacle el 28 de abril habían señalado que el PP siempre había ganado desde el centro.

El Comité Ejecutivo Nacional popular se reunió este martes para nombrar a los portavoces en el Congreso y en el Senado, además de analizar los resultados electorales. Se vieron abrazos entre Casado y Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta gallega, uno de los críticos, y también entre el líder del PP y Juan Manuel Moreno, jefe del Ejecutivo andaluz, otro de los que reclamaba volver al centro, como también lo hizo Alfonso Alonso

En cambio, Casado compareció ante los medios con la idea fija de desmentir a los barones que habían reclamado el giro al centro. Antes, al entrar, Feijóo había declarado que el PP “ha entendido el mensaje de las generales. Es verdad que no hemos tenido tiempo, pero hemos ensanchado el partido durante estas tres últimas semanas y hoy tenemos mejores resultados que en las generales, lo que acredita que debemos seguir insistiendo en el centro y en el centro-derecha”. Moreno abundaba en ello, diciendo que recuperaban su electorado dese “la centralidad, la ponderación, la moderación”. “Recuperado en el centro ha sido clave”, insistía.

Sin embargo, el presidente popular les negó el mérito, destacando que la campaña había sido acertada, igual que la de las generales, “sin ningún girón y bandazo, ni supuestos giros inexistentes”. “Niego la mayor. El PP sigue donde ha estado siempre. No ha habido tal giro al centro”, reiteró. Off the record volvió a insistir.

Los barones escucharon las declaraciones de Casado y los ánimos comenzaron a encresparse. Cuando llegó la hora del almuerzo, el presidente gallego, el andaluz e Isabel Bonig llevaron la voz cantante de las recriminaciones, suyas y de otros dirigentes que no tuvieron el valor de decirlo en alto, pero sí habían hablado con ellos.

Feijóo fue el más cristalino, según algunas fuentes cercanas, derribando la validez del análisis presentado en el comité. Incluso, dijo ha Casado que, si no entendía lo que había ocurrido, es que no había entendido nada, argumentando que la derechización “va de percepciones” y que la imagen que había era “que nos habíamos derechizado”. De no ser así, es la conclusión es que los candidatos en las municipales eran mejores que los de las generales. Fácil es entender que le decía que eran mejores que el presidente popular.

El tono fue subiendo y fue Bonig quien dijo a Casado que, sin haber renunciado a los principios y valores del PP, que seguía siendo católica y que eso era una cosa y otra es dar “una imagen antigua, de derechas”. Y ahí no acabó el asunto, sobre todo en la discusión del líder popular con Moreno, a quien dijo que había hecho más daño la foto de Andalucía con Vox que la foto de Colón. La réplica del andaluz fue simple: que a él nadie le ve como un “facha peligroso” en España, al no haber perdido su personalidad, y que buscara otra excusa.

El temor de los barones a que Casado vuelva a la línea anterior al 28 de abril llevó a que Feijóo alertara, señalando que las elecciones se ganan a partir del día siguiente a las anteriores y que se pueden cometer errores graves, como nombrando a los portavoces en el Congreso y el Senado, ya que ese nombramiento puede representar muchas cosas. Los temores se concretaban en la posible designación de Cayetana Álvarez de Toledo para la Cámara Baja y a Ignacio Cosidó para la Cámara Alta. “No venden, no suman, no representan un proyecto inclusivo”, opinan los barones. Finalmente, el líder popular ha nombrado provisionalmente a José Antonio Bermúdez de Castro y a Cosidó.

Por último, Teodoro García Egea, secretario general del partido, Javier Maroto, vicesecretario general de Organización, y Ana Beltrán, la presidente del PP navarro, han recibido el encargo expreso de Casado para negociar con Ciudadanos y Vox los futuros pactos. No hay condiciones para la negociación, con lo que queda abierta la puerta al que la ultraderecha entre en futuros gobiernos. El único límite es “la Constitución y la ley”.

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