La Audiencia Nacional imputa a Fridman, dueño de la cadena Dia

La Audiencia Nacional imputa a Fridman, dueño de la cadena Dia

El multimillonario ruso Mikhail Fridman, máximo accionista de la cadena Dia, ha sido citado a declarar en calidad investigado por el juez del Audiencia Nacional Manuel García Castellón. Se le imputa haber orquestado una operación financiera para llevar a la quiebra a la compañía española Zed WorldWide y abaratar, así, el precio para adquirir la cadena de supermercados.

La Fiscalía Anticorrupción solicitaba en un escrito dirigido al titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 la imputación de Fridman al entender que controló todas las “maniobras” para “asfixiar económicamente” a la empresa española y poder comprar la por 20 millones de euros. Este es un precio mucho más bajo del de mercado.

Después de estudiar el informe de la Fiscalía, el instructor ha acordado citar al máximo accionista de la cadena Dia por los presuntos delitos de maquinación para alterar el precio las cosas, administración fraudulenta, insolvencia punible y corrupción en los negocios. El multimillonario ruso declarara el próximo 12 de septiembre a primera hora de la tarde.

Asimismo, García Castellón ha decidido llamar a declarar en ese mismo día a Edwin Harland, responsable de la auditoría forense que se llevó a cabo al Grupo Zed a instancias de Vimpelcom, empresa propiedad de Fridman. Se pedía investigar la gestión de una de las sociedades pertenecientes a la tecnológica española por el “riesgo de una apropiación indebida de activos”.

Meses después de explotar la operación Hanta, en concreto en noviembre de 2017, y por la que Pérez Dolset fue detenido, el multimillonario ruso envió un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en la que negaba cualquier responsabilidad en las decisiones que llevaron a la insolvencia de Zed WorldWide.

Un reciente informe policial, que se incluyen el sumario, cuestiona esa versión y mantiene de Fridman tenía “el poder fáctico y directo” sobre los directivos y las medidas adoptadas que produjeron un perjuicio patrimonial al accionariado español del Grupo Zed. Dicho informe se basa en un análisis minucioso del funcionamiento de las empresas y de los mensajes de WhatsApp y correos electrónicos de varios implicados.

Por ello, y tras analizar la información recabada, el fiscal José Grinda sostiene que el máximo accionista de Dia encabezó “una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como ‘raider’ (asalto o ataque)” o absorción ilegal de empresas. En consecuencia, pidió su investigación.

Según la resolución del juez instructor, que asume el informe de anticorrupción, las decisiones del multimillonario ruso tenían como objetivo “el apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad, ejecutadas en diversas líneas y que culmina con una situación de bloqueo institucional y económico de la compañía –insolvencia-, para adquirirla a un precio irrisorio un muy inferior al de mercado”.

El ministerio público pormenoriza la operativa realizada y subraya que Fridman logró una “posición de privilegio frente a cualquier tipo de decisión” de Zed tras convertirse en uno de sus principales acreedores en 2013.

La entidad de crédito Amsterdam Trade Bank es una de las que hizo préstamos a la tecnológica española para poder acometer el Proyecto Zeus, que consistía en salir a Bolsa en el mercado Nasdaq de Estados Unidos. Esta entidad financiera pertenece a un grupo propiedad del multimillonario ruso.

Otra de las acciones fue mantener la “presión y ahogo económicos” sobre la tecnológica de Pérez Dolset. La habrían llevado a cabo otros de los socios rusos del magnate, planificando una “estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas que dio lugar a una falta total de liquidez”, explica Grinda.

Vimpelcom, por su parte, se aprovechó de la situación de “descontrol de irregularidad” que padecía el Grupo Zed con el fin de “reducir o eliminar” los contratos firmados con el grupo chipriota Temafon. Zed WorldWide había comprado el 50,1% de su capital en 2009. No consta que se haya producido un incumplimiento el objetivo ni una prestación defectuosa de sus obligaciones.

Con todo ello, de acuerdo con la versión del fiscal, se pretendía la “ asfixia económica” de Zed con la “pérdida de capitales en presuntas comisiones ilegales”. Al parecer, el multimillonario ruso conocía las obligaciones crediticias contraídas por la tecnológica española y la “imposibilidad de hacer frente a dicho préstamo si se producirá una reducción sensible de los ingresos procedentes del mercado ruso”.

Como consecuencia de todo ello, la paralización societaria, la falta de liquidez y el bloqueo de inversores externos se dio a la situación en la que el 30 de junio de 2016 Zed WorldWide presentó una solicitud de concurso de acreedores. Tan sólo cuatro meses después, los inversores rusos y ser una oferta de compra por un importe de 20 millones de euros. Esta cifra está muy por debajo del que era el valor de mercado cuando Fridman inició las “maniobras”.

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