“No podemos impedir que los que se quieren ir se vayan”.
Así se ha manifestado Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, quien ha asegurado que, en su opinión, el Brexit se producirá “a finales de marzo de 2019”. Lo ha dicho antes de que comenzara la reunión entre el Gobierno rumano y el ejecutivo del bloque comunitario en Bucarest, coincidiendo con el comienzo de la Presidencia rumana del Consejo de la Unión en este primer semestre de 2019.
“La salida del Reino Unido sigue siendo, a mi juicio, un evento trágico, que Europa no necesitaba, pero las democracias son como son. No podemos impedir que los que se quieren ir se vayan”, ha señalado, para luego añadir que “Reino Unido se irá de la Unión Europea a finales de marzo de 2019, un desgarro de Europa, una interrupción de la historia continental”.
Asimismo, ha destacado la “confianza” depositada en Klaus Iohannis, presidente rumano, para “gestionar este periodo difícil que es el Brexit” y espera que la cumbre informal de Sibiu el 9 de mayo sirva para identificar “todas las ambiciones” para el futuro del proyecto europeo.
Juncker también ha pedido a Rumanía que, con “fervor y dedicación”, se implique para avanzar en el complejo proceso de la negociación del próximo presupuesto europeo, que se verá afectado con recortes por el Brexit, y avanzar en todas aquellas propuestas legislativas prioritarias que sea posible y que aún están sobre la mesa del Parlamento Europeo, todo ello para antes de las próximas elecciones de mayo.
Se ha comprometido a prestar ayuda activa al Gobierno rumano para que “estas elecciones se desarrollen de la mejor manera posible” y la Unión pueda defenderse “contra todas las injerencias ilegitimas que podrían venir de fuera”.
El presidente de la Comisión ha insistido en pedir a las autoridades rumanas que establezcan un “plan nacional” que garantice la “cohesión y el consenso” interno y ha recordado que su presidencia pasará a “los anales de la historia” por ser la primera tras su entrada en el bloque comunitario en 2007, cuando la UE se abrió a los países del Este, algo que “muchos, que ya no están en la mesa, querían bloquear”. “Vamos a hacer grandes cosas juntos”, ha vaticinado.
Por su parte, Iohannis ha respondido, ante las dudas de Juncker acerca de la capacidad de su gobierno, debido a las divisiones en el país, de anteponer los intereses europeos a los nacionales, que confía en que “encuentre un país bien preparado para la presidencia”. “Creo que seremos capaces de probar que la política también es algo que dominamos”, ha dicho con ironía.
Destacó el “apego” de Rumanía al proyecto y a los valores europeos, compartiendo “plenamente el enfoque proeuropeo” y actuando como “intermediario honesto” para avanzar “de forma constructiva y consensual” durante el periodo que dure su Presidencia.
El presidente rumano ha hecho hincapié en que es necesario “superar cualquier división y discrepancia entre los Estados miembro para reforzar nuestra unión y demostrar la capacidad de la Unión para asumir un papel más activo en la arena internacional”.
Reconoce que existen retos “importantes y complejos”, como son el Brexit y las negociaciones del presupuesto europeo, y que estos serán prioritarios durante su mandato, así como los debates sobre el futuro de Europa, las elecciones europeas o los mecanismos de refuerzo de la eurozona y la acción exterior de la UE.
Por ello, Iohannis ha afirmado que la cumbre de Sibiu marcará un punto de inflexión “trascendental” de la Presidencia con el objetivo de “preparar las prioridades estratégicas futuras de la Unión para el periodo 2019-2024”, además de para “reflexionar juntos como vemos la evolución del proyecto europeo”.
“Nuestro principal objetivo es mantener la unidad y la cohesión entre los Estados miembro” y se ha referido al lema de su presidencia: la cohesión, un valor común europeo. Ha reiterado que la Unión solo podrá construir “un futuro creíble” si refuerza los valores fundamentales, aún reconociendo que “el contexto no es fácil”.