Juliá, el último asesino

Juliá, el último asesino

Tres agentes de la Policía Nacional han regresado este viernes desde Brasil, custodiando la extradición de Carlos García Juliá, uno de los asesinos del atentado ultraderechista del despacho de los abogados de Atocha en 1977.

Según han trasladado fuentes penitenciarias a Europa Press, Carlos García Juliá ha entrado en la prisión de Soto del Real a las 7.00 horas de la mañana. Se encuentra en el módulo de ingresos mientras se le realiza la primera evaluación por parte de los profesionales del centro penitenciario. Una vez realizada la primera evaluación, se emitirá un informe preceptivo y se le asignará una celda.

El 29 de febrero de 1980, la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le condenó a 193 años de cárcel por ser considerado autor material de cinco asesinatos consumados y cuatro frustrados el 24 de enero de 1977.

Aquel 24 de enero, García Juliá con otras dos personas entraron en un despacho de letrados de Comisiones Obreras, sito en Madrid, en calle Atocha número 55, y dispararon indiscriminadamente con pistolas de calibre 9 mm parabellum, contra los abogados que se encontraban en dicho despacho.

Juliá fue declarado prófugo en 1996

A García Juliá se le concedió la libertad condicional el 23 de octubre de 1991. El Tribunal le autorizó aceptar una oferta de empleo en Paraguay, con la condición de acudir mensualmente a la Embajada española. En cambio, García Juliá no cumplió esa condición y fue declarado prófugo de la justicia el 14 de agosto de 1996. Meses más tarde, fue detenido en Bolivia y se le condenó a seis meses de prisión por un delito de tráfico de estupefacientes.

La Audiencia Nacional envió a Bolivia solicitud de extradición, pero cuando esa solicitud llegó, el 29 de noviembre de 2000, García Juliá se había fugado de la prisión en uno de los permisos penitenciarios con el fin de no presentarse ante un juzgado de vigilancia penitenciaria.

Durante los siguientes veinte años no se tuvo noticias del asesino de Atocha, hasta agosto de 2018. Fue entonces cuando la Policía Federal Brasileña logró a localizar a García Juliá. Por fin, en diciembre, García Juliá fue detenido en Sao Paulo, lugar donde trabajaba en una empresa de VTC.

El procedimiento de extradición se alargó durante trece meses, debido en parte a la negativa de las autoridades brasileñas. Tras la presentación de sucesivos recursos y apelaciones en los que se alegaba la prescripción del delito por parte de Bolivia, finalmente la justicia española consiguió que se llevaran a cabo los trámites necesarios.

Por fin, ayer viernes, tres agentes de la Policía Nacional, que forman parte de la OCN Interpol, han finalizado todo el proceso aterrizando en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez con García Juliá.

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