Los datos hacen pensar al Gobierno de Italia empezar a valorar una paulatina reapertura del país cara al relanzamiento de la economía italiana. En ese sentido, el Ejecutivo de Giuseppe Conte ha comenzado a elaborar un plan estratégico que permita la vuelta a la normalidad.
Ya se constata que, desde hace días, hay cierta estabilización de la enfermedad en el país, con casi 125.000 contagios y más de 15.000 muertes. Son datos del domingo. Por tanto, con todas las cautelas, las autoridades italianas consideran que es el momento de valorar qué medidas más flexibles deben mantenerse.
Entre ellas, las principales cara a los ciudadanos son el mantenimiento de las distancia social y el incremento de los tratamientos domiciliarios. Con ello, se pretende reducir la presión a los hospitales. Además, se aumentará exponencialmente las pruebas en la población.
En una entrevista en La Repubblica, Roberto Speranza, ministro de Sanidad italiano, ha expuesto que los test revelarán “cuántos italianos han sido infectados”. Pero, también, “si son inmunes y cómo son inmunes, cuántos y en qué áreas pueden regresar a una vida normal”.
A todo ello se une que los hospitales en Italia abrirán secciones específicas especializadas en la enfermedad y valorar su tratamiento. Speranza reveló que se va a desarrollar una aplicación para dispositivos móviles para el rastreo de las personas contagiadas. De ese modo, podrán darles ayuda en remoto.
Con todo y con eso, al ministro ha hecho un llamamiento a la cautela. “No habrá un solo día en el que podamos decir ‘todo ha terminado’”. Admitía de esta forma que sería “una irresponsabilidad” si prometiera o avanzara una fecha para el retorno a la normalidad.
En ese sentido, remarcó que la crisis del coronavirus sólo acabará cuando se cuente con una vacuna eficaz contra el Covid-19. Entretanto, “hay que convivir con este virus”.