Miles de israelíes mantienen el pulso contra Benjamin Netanyahu, en la décima semana de manifestaciones, por su implicación en varios casos de corrupción.
Se trata de las manifestaciones más multitudinarias registradas en el país desde 2011. Según los medios israelíes, unas 20.000 personas marcharon por el centro para congregarse, finalmente, en la residencia del primer ministro.
Un portavoz policial ha explicado que las fuerzas del orden estudiaron el pasado jueves el trayecto e instalaron vallas para proteger a los asistentes.
Desde que comenzaron estas movilizaciones, todas han estado centradas en torno a las acusaciones de corrupción contra Benjamín Netanyahu. Aunque, en las últimas fechas, también, contra el Gobierno, por la mala gestión de la pandemia del coronavirus. Asimismo, por la grave crisis en la que se encuentra sumido el país.
Benjamin Netanyahu se ha convertido, desde finales de mayo, en el primer jefe del Ejecutivo israelí sometido a un juicio por corrupción mientras ocupa el cargo. El pasado mes de noviembre, en 2019, el fiscal general de Israel lo acusó de corrupción, tras varios meses de investigaciones.
Israel ha sufrido, además, un fuerte repunte de contagios por coronavirus. En las últimas semanas se han sobrepasado las cifras registradas durante la primera oleada. Este repunte ha supuesto un duro golpe para el turismo y, por consiguiente, para la economía del país.
Una crisis económica en la cual, la confianza pública en el Gobierno se ha visto minada por la crisis económica que azota al país. Sufre una alta tasa de paro, que ronda el 21 %.
La situación se agrava por la segunda ola de coronavirus. El país sigue registrando alrededor de 2.000 contagios diarios.
Las marchas han reunido tanto a jóvenes, como a familias y a personas mayores. Un movimiento heterogéneo que busca la renuncia de Netanyahu. Por su parte, el mandatario ha dicho que “no va a dimitir” y afirma que las protestas “están instigadas por la izquierda y los medios de comunicación”.