Arabia Saudí ha sido acusada por el Gobierno de Irán de instrumentalizar con fines políticos el mes del Ramadán, sagrado para los musulmanes, al celebrar dos cumbres de emergencia en La Meca para, junto con sus aliados del Golfo, condenar las injerencias del régimen de los ayatolás en la región. “Han usado un mes sagrado y han usado una ciudad Santa Con fines políticos para presentar alegaciones completamente infundadas contra nosotros”, ha declarado Abbas Musavi, portavoz del Ejecutivo iraní.
Igualmente, Musavi ha denunciado que el régimen saudí sirve a los intereses de Israel y, en vez de exigir la liberación del pueblo palestino, ataca a Irán. “Ese es el objetivo del régimen sionista: distraer a todos del verdadero enemigo que son ellos”, sostuvo. “Estos esfuerzos de Arabia Saudí no hacen más que proseguir con este interminable proceso que mantienen contra nosotros Estados Unidos y el régimen sionista”, señaló.
La tensión crece en la región. El rey saudí Salmán, al inicio de las cumbres, indicó que los programas nuclear y balístico de la República Islámica son una amenaza para la seguridad en la zona e internacionalmente. Además, sostuvo que el régimen iraní mantenía una amenaza generalizada al comercio marítimo internacional. Hacía referencia al sabotaje de cuatro buques frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos.
“Trabajaremos juntos para hacer frente a todas las amenazas. El régimen e iraní ha estado interfiriendo en los asuntos de otros países, desarrollando su programa nuclear y amenazando la navegación internacional”, dijo antes de comenzar la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo.
Por esta razón, Salmán pidió a la comunidad internacional que “utilice todos los medios para impedir que el régimen iraní interfiera los asuntos internos de otros estados y su patrocinio de actividades terroristas en la región”.