En India ya no queda ni oxígeno

En India ya no queda ni oxígeno

La terrible situación que atraviesa India está llegando a resultar desesperante pese a la ayuda internacional. Falta oxígeno, los crematorios están saturados y el mercado negro se está haciendo con el control de los suministros.

En Bangladore, la ciudad más poblada del sur del país, algunas ONG han recibido peticiones de 6.000 bombonas de oxígeno. En cambio, no llega a haber disponibilidad de apenas mil.

La también capital del Estado de Karnataka, uno de los cuatro más impactados por la Covid, es conocida como la ciudad de las tecnologías y los clubes nocturnos.

Con unos 8,4 millones de habitantes, lleva confinada y así seguirá hasta el 12 de mayo. Solo Pune, en el Estado occidental de Maharashtra, y Delhi superan a Bangalore en número de contagios y muertes. Sin embargo, en proporción de incremento diario de casos positivos, sólo la capital nacional supera a ésta.

Tal es la situación que el Gobierno autorizó por la vía de urgencia reconvertir 93 hectáreas de terreno a las afueras en cementerios y crematorios. Los habitantes de esas áreas se oponen, al considerar que los nuevos crematorios están demasiado cerca de las poblaciones.

Y es que los coches fúnebres hacen cola, por ejemplo, en el crematorio de Kalpalli, al este de la ciudad. Hay 13 crematorios como éste y en la misma situación. Entretanto, los trabajadores de estas instalaciones, de la casta dalit, se quejan de las condiciones inhumanas en que trabajan.

A esa situación en India se une que en los cementerios ya no hay sitio para enterrar a más muertos. Quienes creen en la inhumación, no en la incineración, se quejan.

Devastación en India

Y es que la situación que atraviesa el país es de devastación. La escalofriante cifra de muerte se debe, sobre todo, a la escasez de oxígeno. Los pacientes, en general, tienen que esperar entre ocho y diez horas hasta que les llega el oxígeno. La causa no está en la falta de medicamentos, sino en la falta del preciado gas.

Al tiempo, las clases adineradas están acaparando oxígeno, aflorando un mercado negro que comienza a controlar los suministros. La Policía hace redadas contra los vendedores clandestinos, a pesar de lo cual, aumenta la escasez.

Se habla de que se han desarticulado 16 bandas que vendían productos falsos o a precios desmesurados. Las redes se han inundado de ofertas ilegales de bombonas y concentradores de oxígeno, además de medicamentos y hasta camas de hospital.

Y es que, en Bangladore, la ciudad más poblada del sur de India, se han acabado las existencias de concentradores de oxígeno de uso doméstico. En el mercado negro, si alguien quiere comprar uno, tendrá que pagar mucho más de los 780 euros que le supondría en el mercado legal.

Con tantos recursos en pocas manos, se calcula que, aun juntando todos los existentes, sólo se podría atender a una décima parte de las necesidades. Tampoco hay personal suficiente para repartir los que con cuentagotas van saliendo, ni para recoger las bombonas una vez utilizadas.

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