Ignacio Sotelo, el último ‘pablista’

Ignacio Sotelo, el último pablista

Ignacio Sotelo era un ejemplo que, como una luz, ha guiado a los socialistas que veían y ven a los (no tan) viejos socialistas como un modelo, un paradigma, un arquetipo. No pretendemos con esa primera frase hacer retórica o llenar de adjetivos líricos su vida, sino poner negro sobre blanco sobre aquellos socialistas que hacían de su vida un ejemplo y de su discurso un camino.

Es lo que se ha venido en llamar el pablismo. Esa actitud austera y observadora, vidas en las que difícilmente se pueden encontrar contradicciones entre su comportamiento privado, su actitud social y su pensamiento crítico. Como Pablo Iglesias, fundador del PSOE, cuyo compromiso con su ideología presidió también su pauta de vida y obra.

Como una señal Sotelo nació en 1936. Estudió en el Liceo Francés y se licenció en Derecho en la Universidad de Madrid. Pero su capacidad intelectual no fue en su juventud un freno para desarrollar una valiente actividad política.

Se afilió al Partido Socialdemócrata de Dionisio Ridruejo momento en el que fue detenido y perseguido por el régimen franquista. Conoció a José Luis López Aranguren, persona que le influyó sobremanera en términos intelectuales.

Su tesis doctoral sobre Jean Paul Sartre fue leída en Alemania. Interesado enormemente por el desarrollo social de los países latinoamericanos, Ignacio Sotelo impartió clases en México, Perú y Ecuador. Como un laboratorio miraba a la sociedad americana con esperanza.

Fue entonces cuando logró la cátedra de Sociología de la Universidad Libre de Berlín. Viajaba de continuo entre la capital alemana y Barcelona donde, por cierto, sostenía también la cátedra para el deleite de muchas generaciones.

Ignacio Sotelo mantuvo una visión marxista de la realidad

Militante del PSOE, Ignacio Sotelo mantuvo una visión marxista de la realidad, especialmente como instrumento científico, y refutaba de continuo la pragmática forma de hacer las cosas de los nuevos dirigentes de los ochenta.

Precisamente por ello, a pesar de ser el Secretario de Cultura de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, mantuvo serias discrepancias, aunque constructivas, con Felipe González y sus gobiernos. Diferencias que actuaron como revulsivo intelectual en la corriente Izquierda Socialista.

Luis Gómez Llorente fue miembro, pues, de la corriente autorizada del partido socialista, Izquierda Socialista, de la que formaban parte intelectuales y políticos como Luis Gómez Llorente, Pablo Castellanos, Manuel Sánchez Ayuso, Antonio García Santesmases, Juan Antonio Barrio de Penagos o Manuel de la Rocha.

Las diferencias entre IS, la izquierda del partido, con respecto a la dirección del PSOE, incluido Sotelo, siempre han servido de revulsivo para alentar la memoria y evitar una derechización de la organización con el paso del tiempo y la suma de intereses.

Ignacio Sotelo era un hombre bueno. Un hombre íntegro. Un político sensato. Un intelectual recordado. Un socialista coherente.

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