Pablo Iglesias se erige como responsable de la política fiscal del Gobierno

Pablo Iglesias se erige como responsable de la política fiscal del Gobierno

En la Comisión para la Reconstrucción, Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, dibujó en la mañana de ayer la política fiscal que plantea su departamento. A grandes rasgos, defendió una fiscalidad más redistributiva y progresiva, pero reforzando la industria.

“Hay que afrontar la reconstrucción tras esta crisis con los mismos criterios con los que se afrontó la reconstrucción después de 1929 y después de la Segunda Guerra Mundial, y no como se hizo tras la crisis financiera de 2008”, esbozó.

Iglesias apuesta por una mayor inversión en sanidad o dependencia, pero asumiendo que sin reforma fiscal no habrá reconstrucción. Así, la política fiscal que propone se centra en esa reforma y el aumento de la presión fiscal en más de siete puntos porcentuales.

En ese sentido, señaló que “reconstruir la justicia fiscal es también una cuestión de patriotismo”. En 2019, explicó, “España recaudó un 7,4% del PIB menos que la media de la zona euro. A todos nosotros nos pagan los ciudadanos para defender sus intereses y para defender España. Creo, por tanto, que todos tenemos la obligación de trabajar para corregir esa desventaja en términos de justicia fiscal en nuestra patria respecto a los países de nuestro entorno”.

Una política fiscal con nuevos impuestos

Esa política fiscal implica nuevas figuras tributarias, lo que ha llamado “tasa de reconstrucción”, que viene a ser un impuesto a la riqueza. Se trata de nuevos tributos a las grandes fortunas “para que los que más ganen puedan arrimar el hombro y disponer de mecanismos para expresar su solidaridad con su patria, aportando recursos para reconstruir los servicios públicos y los derechos de todos”.

Dicho impuesto vendría a sustituir al actual de Patrimonio que podría recaudar el 1% del PIB, alrededor de 11.000 millones de euros. Un tributo que afectaría a los patrimonios superiores a un millón de euros y progresivamente. De este modo la mayor parte del nuevo impuesto o recaería sobre los más o menos mil patrimonios más altos.

Sin entrar a desgranar esa nueva política fiscal, destacó que “un sistema (tributario)  más progresivo es, sencillamente, la condición de posibilidad de la reconstrucción”. Esto incluiría nuevos impuestos a las transacciones financieras y a los servicios digitales, pero también, de manera progresiva, aumentar el IRPF a las rentas altas y al rendimiento de capitales.

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