Pablo Iglesias retira a los militares de las ruedas de prensa

Pablo Iglesias retira a los militares  de las ruedas de prensa

Desde el principio de la crisis sanitaria, Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, venía criticando la presencia de militares en las ruedas de prensa diarias después de la reunión del Comité Técnico del Coronavirus. Asimismo, pedía un cambio en el lenguaje para que dejara de ser “belicista”.

Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo, ha venido utilizando este tono y escenificación en sus comparecencias. Utilizaba términos como “guerra”, “combate”, “esta batalla la vamos a ganar” o “desafío”. Un lenguaje que Iglesias también ha criticado.

Así, el también líder de Unidas Podemos reclamaba un cambio en la escenografía de las ruedas de prensa del presidente y que dejaran de aparecer los “uniformados”.

Según Confidencial Digital, la Secretaría de Estado de Comunicación decidió hace tiempo cambiar tanto la escena como los comparecientes en las ruedas de prensa diarias. Fue una decisión que se tomó antes de las declaraciones, el “lapsus”, de José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil.

Conforme la crisis iba adquiriendo un carácter cada vez más sanitario, fuentes de La Moncloa señalan que se había decidido reestructurar estas comparecencias. De este modo, los altos mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado irían perdiendo protagonismo.

Los militares dejarían de comparecer en ruedas de prensa después de Semana Santa

De hecho, Miguel Ángel Oliver, Secretario de Estado de Comunicación, anunció en una reunión con los jefes de prensa de los ministerios que los “uniformados” dejarían de comparecer “poco después de Semana Santa”.

Sin embargo, se produjo el “lapsus” del general Santiago. Esto llevó a que la decisión adoptada se aplazara, como así ha sido. Se pretendía, de este modo, no dar la imagen de que la ausencia de los militares era un “castigo” al alto mando de la Benemérita.

En las últimas comparecencias de Sánchez, el tono y el estilo han cambiado. Ahora se ve una clara diferencia con respecto a sus primeras intervenciones. Fuentes de Moncloa admiten que las quejas que el vicepresidente segundo han surtido efecto, además de que la situación de la epidemia ha empezado a tener menor dramatismo.

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