Pablo Iglesias acepta ahora negociar con la derecha de Ciudadanos

Pablo Iglesias acepta ahora negociar con la derecha de Ciudadanos

Cerrada, aparentemente, la crisis abierta por el partido de Pablo Iglesias y su veto a Ciudadanos en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Lo que comenzó siendo un auténtico órdago desde dentro del Gobierno ha ido relajándose. Cerraron la crisis el propio Pedro Sánchez y su vicepresidente, acordando las condiciones para continuar.

La reunión que mantuvieron el martes María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, y hombre de confianza de Iglesias, allanaron el terreno.

Primero habrá un borrador del plan presupuestario que negociarán los dos partidos del Ejecutivo de coalición. Luego, se ofrecerá a otros partidos, especialmente a Ciudadanos.

Sobre la mesa, la piedra angular de todo Gobierno, unos Presupuestos sin los cuales no es posible aplicar las medidas para la recuperación. En el fondo, 140.000 millones de euros que vienen de la Unión Europea que solo se pueden canalizar con un plan presupuestario que debe ser la base de toda la legislatura.

Sin embargo, sólo es posible si se tienen los 176 votos necesarios para sacarlos adelante. Los del gobierno de coalición, 155, no son suficientes y hacen falta 21 más. Los socialistas no ven otra alternativa que pactar con el partido de Inés Arrimadas.

La preferencia de Unidas Podemos era, y es, contar con el apoyo de ERC. Pero es algo que ahora se antoja imposible ante la enrevesada situación en Cataluña y en un clima claramente preelectoral en la región.

Al final, se impone la sensatez y el pragmatismo. Todos lo tienen claro. La prioridad es sacar adelante las cuentas públicas. Con el pacto entre Sánchez e Iglesias se cierra el debate. Socialistas y morados ceden cada uno en algo. También los naranjas.

Iglesias asume que habrá que negociar con Arrimadas

Mientras que Iglesias descarta cualquier veto a Arrimadas, Sánchez asume que los Presupuestos no son del PSOE con Ciudadanos, sino del gobierno de coalición. Además, miembros de Unidas Podemos se sentarán en la mesa de negociación.

Es previsible que Montero y Álvarez lideren las conversaciones con el resto de grupos políticos. Por su lado, a Arrimadas no le resulta “cómodo” negociar con la formación morada, pero lo acepta y se atribuye el mérito de que Iglesias tendrá menos influencia en los PGE. Y lo acepta porque la situación es excepcional y los españoles lo necesitan.

La crisis se ha cerrado, al menos de momento. Así lo confirmó el propio presidente. “Vamos a hacer unos Presupuestos que incorporen el acuerdo de Gobierno con Unidas Podemos. Pero después tendremos que hablar con otros. No vamos a vetar a ningún partido”, dijo a la Cadena Ser.

Montero, por su parte, aseguró que “estarán miembros del Gobierno de Hacienda y miembros del Gobierno de Unidas Podemos. Podría ser el propio Nacho Álvarez. No habrá ningún problema para sentarnos las horas que sean necesarias”, dijo en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Así las cosas, Hacienda ha empezado a armar la estructura de los Presupuestos. Un asunto difícil de lidiar será la reforma fiscal. Montero lleva advirtiéndolo semanas. Es cierto que estaba prevista en el programa de Gobierno. Ahora habrá que diseminarla a lo largo de toda la legislatura.

Desde Hacienda lanzan el mensaje de que en plena crisis económica hay que cuidarse mucho en las subidas tributarias para no frenar la recuperación. Este será el asunto más difícil discutir entre el PSOE, Unidas Podemos y, luego, con Ciudadanos. Eso sí, los socialistas esperan que se imponga el pragmatismo puesto que la prioridad es sacar adelante las cuentas públicas.

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