Estaba claro que Miquel Iceta, primer secretario del PSC, ganaría las elecciones para liderar a los socialistas catalanes. Entre otras cosas porque fue el único que se presentó en el proceso de primarias. La cuestión es que no tuvo ni un voto en contra.
En su intervención, Iceta esbozó, ante el pleno del congreso del PSC, las grandes líneas en que se basará su estrategia cara a las próximas elecciones catalanas. Una estrategia para “coser Cataluña” y dejar atrás “el país enfrentado, sin rumbo y dividido que han dejado en herencia” Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra.
Así, afirmó que “no aceptaremos que los intolerantes impongan sus ideas por métodos autoritarios y por eso pido la ayuda de los independentistas demócratas, que son muchos”.
Añadió que “cuando los más radicales dejen de quemar contenedores, cortar carreteras animados por Torra y sabotear transportes públicos, nosotros seguiremos aquí, contra los poderosos, no solo los que tienen mucho dinero, sino los que quieren silenciar a los que no piensan como ellos”.
Su idea es “recomponer” el centro-izquierda en Cataluña con el fin de llegar a gobernar la región.
“Cataluña tiene un presidente que atiza el radicalismo, nos gobierna un Gobierno sin interés por solucionar los problemas del día a día”, dijo Iceta en una nueva crítica a Torra y su gestión. Con todo, señaló: “No quiero demonizar la independencia, es un proyecto respetable, pero no lo asume la mayoría de la sociedad”, aseguró.
Saliendo al paso de declaraciones de algunos barones del PSOE y una parte de los ciudadanos españoles, el líder socialista catalán quiso dejar claro que “no queremos la independencia, queremos más y mejor Cataluña, y Cataluña no es patrimonio de nadie”.