Los mercados energéticos han sufrido el impacto de la guerra que se vive en Ucrania tras la invasión por parte de Rusia de territorio ucraniano.
Los precios de todos los productos energéticos –electricidad, gas y petróleo— se han disparado desde hace una semana, justo con el comienzo de la invasión.
El barril de petróleo, tanto el de calidad Brent como el West Texas Intermediate, superó los 100 dólares hace siete días y no ha bajado.
Así mismo, el impacto de la guerra se ha hecho notar en los precios del gas y, en consecuencia, de la electricidad en los mercados mayoristas.
En ese escenario, con la incertidumbre de la duración del conflicto, Iberdrola, en cambio, se compromete a mantener sus tarifas.
Así, la eléctrica vasca congela el precio de los contratos actuales con sus clientes a precio fijo. En total, se trata de siete millones de hogares que tienen este tipo de contrato, no expuestos a la volatilidad de precios del mercado mayorista.
Asimismo, un tercio de estos clientes tienen contrato con un precio estable hasta 2025, por lo que tienen garantizados el coste del servicio hasta entonces.
Es decir, la compañía no somete a las fluctuaciones del mercado a sus clientes. Mantiene las tarifas comprometidas. De hecho, Iberdrola lo hace después de haber ofertado en los últimos meses tarifas por debajo del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC).
De igual forma, la compañía también está manteniendo los precios de los clientes industriales. Hace, así, un gran esfuerzo ofreciendo nuevos contratos a precio fijo a largo plazo, a un precio inferior a la referencia diaria del mercado.
Por otro lado, este jueves el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista escala un 34,4% respecto al miércoles. Se sitúa en 340 euros por MWh.
De este modo, registra el tercer precio más alto de la historia, consecuencia incremento del precio del gas natural por el impacto de la guerra.